La Convención Revolucionaria de 1914: Carranza, Villa y Zapata frente a frente
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El 1 de octubre de 1914, en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México, iniciaron las sesiones de la Convención Revolucionaria.
El Primer Jefe, Venustiano Carranza, delegó su representación en los generales Álvaro Obregón, Jesús Dávila Sánchez e Ignacio Pesqueira. Durante la apertura, Roque Estrada, su secretario, aseguró que Carranza reconocería los acuerdos de la futura Convención de Aguascalientes, siempre que estos respetaran la dignidad y el decoro de la nación.
Antecedentes
El 13 de agosto de 1914, en Teoloyucan, Estado de México, se firmaron los convenios que marcaron el fin de las últimas fuerzas huertistas y la rendición de la Ciudad de México ante el Ejército Constitucionalista, encabezado por Carranza.
En cumplimiento del quinto punto del Plan de Guadalupe, el Primer Jefe asumió el Poder Ejecutivo de manera interina. Sin embargo, no todos los grupos revolucionarios aceptaron esta decisión: los villistas y los zapatistas expresaron de inmediato su rechazo.
Ambas facciones habían combatido junto con los constitucionalistas contra el régimen de Victoriano Huerta, tras el asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez. Pero, una vez derrotado el enemigo común, cada grupo defendió sus propios ideales:
Villistas, bajo el liderazgo de Francisco Villa, con fuerte presencia en Chihuahua y el norte del país. Zapatistas, encabezados por Emiliano Zapata, con arraigo en Morelos y una agenda centrada en la justicia agraria y el Plan de Ayala. Constitucionalistas, liderados por Carranza, con poder político y militar en el noroeste.
La Convención Revolucionaria
La Convención Revolucionaria nació como un esfuerzo por evitar un nuevo enfrentamiento armado entre caudillos. Aunque comenzó con delegados carrancistas el 1 de octubre, pronto se unieron los representantes villistas y, días después, los zapatistas también enviaron delegados para plantear sus demandas.
La reunión dio paso a la histórica Convención de Aguascalientes, que buscó conciliar las profundas diferencias entre los principales ejércitos revolucionarios. Sin embargo, más que unidad, la convención evidenció la fractura política: mientras villistas y zapatistas coincidían en su rechazo a Carranza, el bando constitucionalista defendía su legitimidad como gobierno.

Fuente: Serrano, Pablo. Cronología de la Revolución (1906-1917), INEHRM, 2010.