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Hacienda Centenario

Esta era una tienda ubicada dentro de las grandes haciendas y fábricas donde los trabajadores podían adquirir los productos necesarios para su supervivencia.

Entonces, los patrones aprovechaban estas tiendas para recuperar todo el dinero gastado en los sueldos.

Durante la época del porfiriato, cuando estas tiendas obtuvieron su auge, las monedas eran acuñadas directamente en los centros de trabajo.

Por lo tanto, sólo podían ser gastadas en el establecimiento determinado por el patrón.

Estos, lejos de vender los productos a un precio justo, lo hacían a precios inflados con la intención que un trabajador promedio se endeudara comprando a crédito con altísimos intereses.

Esta situación generó que los obreros trabajaran casi gratuitamente. Por consecuencia, pedían más créditos para poder seguir sobreviviendo. ¡Vaya negocio redondo!

Como resultado de la protección que brindaban las leyes de la época a los patrones, los trabajadores eran obligados a trabajar en la misma fábrica o hacienda hasta haber saldado su deuda.

En muchos casos, el jefe de familia moría sin haberla liquidado, por lo que la deuda se pasaba a toda la familia.

Entonces, ésta debía presentarse como servidumbre a la casa principal hasta conseguir el dinero suficiente para completar el pago y conseguir su libertad.

Fuente: Relatos de Tequila

Por PanchoVillaMx