Joaquín Terrazas: el azote de los Apaches
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8 de octubre de 1901, murió Joaquín Terrazas Quezada, coronel del ejército mexicano y figura emblemática de las llamadas “guerras contra los apaches”. Durante décadas, su nombre fue sinónimo de valentía militar en Chihuahua; sin embargo, con la mirada actual, su legado invita a la reflexión y al debate.
Nacido el 16 de abril de 1829 en la Labor de Terrazas, pertenecía a una familia influyente del norte del país. Su linaje, vinculado a los antiguos milicianos del presidio de Conchos, le dio una posición de privilegio en una sociedad profundamente jerarquizada. Desde joven participó en campañas militares y se ganó fama como cazador de apaches, una reputación que lo acompañaría por más de treinta años.

En su tiempo fue llamado “El Azote de los Indios”, título que hoy revela más de una mentalidad de exterminio que de heroísmo. Terrazas dirigió y participó en numerosas persecuciones de pueblos indígenas —principalmente chiricahuas— que durante siglos habían habitado las mismas tierras que los colonos consideraban propias.
Su enfrentamiento más recordado fue la Batalla de Tres Castillos, en 1880, donde cayó el jefe apache Victorio, símbolo de la resistencia indígena. Ese triunfo militar fue celebrado como el fin de los ataques apaches en Chihuahua; sin embargo, también significó la aniquilación casi total de una comunidad que luchaba por sobrevivir ante el despojo y la expansión militar.

El periodista Fernando Jordán lo retrató décadas después como un hombre “delgado, nervudo, con mirada dura y mentalidad profesional de cazador”, descripción que hoy puede leerse no solo como elogio sino como testimonio de una época en la que la violencia era considerada virtud patriótica.
A su muerte, en 1901, Terrazas fue honrado como héroe. Incluso, un monumento en la ciudad de Chihuahua lo recuerda como el “Héroe de Tres Castillos”, erigido en tiempos en que los apaches eran vistos como villanos y no como pueblos originarios víctimas de exterminio.

Con los años, esa narrativa comenzó a cambiar. Hoy el Estado de Chihuahua reconoce también a Victorio, líder apache, como figura histórica de valentía y resistencia. Esta visión más amplia no borra los hechos, pero sí los reinterpreta: Joaquín Terrazas no fue solo un militar valiente, sino también el ejecutor de una campaña que hoy podría considerarse genocida.
Su historia nos recuerda que el heroísmo depende del punto de vista desde el cual se cuenta, y que en cada “héroe nacional” también habita la sombra de las heridas que dejó tras de sí.
Por PanchoVillaMx