Belisario Domínguez, moral y ética

El 8 de octubre de 1914, fue asesinado en la Ciudad de México el senador por Chiapas, Belisario Domínguez, quien se convirtió en un símbolo de valentía y defensa de la legalidad en los momentos más críticos de la historia de México.

Belisario Domínguez nació en 1863 en Comitán, Chiapas. Destacado médico humanista, reformador social y político, entregó su vida por restablecer el orden constitucional, salvaguardar la naciente democracia y preservar el espíritu de libertad del país.

Su formación educativa comenzó en su estado natal, y posteriormente estudió en París, Francia, donde se graduó como médico cirujano, partero y oculista. Durante su estancia europea, Domínguez se guió por la racionalidad y el conocimiento científico, influenciado por el ambiente intelectual del momento.

Al regresar a México, el régimen porfirista estaba en su máximo apogeo. Se estableció como médico en Comitán y abrió una botica llamada “La Fraternidad”, donde ejercía la medicina con énfasis en higiene, alimentación y educación comunitaria, demostrando un carácter reformador basado en igualdad, democracia y defensa de los más pobres, enfrentando el fanatismo, los prejuicios y la intolerancia política en una región marcada por la desigualdad y la pobreza extrema.

Durante una estancia en la Ciudad de México, Domínguez publicó un documento titulado “Chiapas”, denunciando la corrupción de las autoridades locales y solicitando la intervención de las autoridades competentes.

En febrero de 1913, Domínguez viajó nuevamente a la capital para inscribir a su hijo en el bachillerato y proveer medicamentos para su botica. Ya era senador suplente por Chiapas, cargo que obtuvo apoyando la candidatura de su amigo Leopoldo Gout. Durante su estancia, fue testigo de los hechos de la Decena Trágica, el golpe militar de Victoriano Huerta que culminó con los asesinatos de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez.

El 6 de marzo de 1913, Domínguez protestó como senador y, en siete meses y un día de gestión, se convirtió en un icono de la incipiente democracia mexicana. Desde la tribuna del Senado, denunció abiertamente la ilegitimidad del gobierno de Huerta:

“…porque es un gobierno ilegítimo y porque es un gobierno que ha restaurado la era nefasta de la defección y del cuartelazo.”

El 7 de octubre de 1913, la policía huertista lo secuestró de su hotel, y tras trasladarlo en vehículo, lo asesinaron frente a una fosa abierta en el cementerio de Coyoacán.

El legado de Belisario Domínguez radica en su valentía institucional y moral, que inspiró a compañeros y ciudadanos a enfrentar la usurpación y defender la democracia en México. Su vida y principios permanecen como ejemplo de honestidad, coraje y compromiso con la justicia.