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Los Mexicanos eran los únicos que se atrevían a entrar a zonas dominadas por los indios nativos del sur de los Estados Unidos.

A estos comerciantes se les conocía como Comancheros. Pero también eran los únicos que comerciaban con los Afro-Americanos, con los Apaches, con Los Cherokees y otras tribus nativas.

Los Mexicanos llevaron al sur de los Estados Unidos y desde 1810, la guitarra, el tequila, la barbacoa, los tamales, el corrido mexicano y muchas otras cosas más de la cultura Mexicana incluyendo el famoso petate.

El petate, más que una cama, un artefacto con profundo simbolismo. Servía como cama, pero también como mortaja o para hacer sombreros.

Los comancheros eran así nombrados porque los Comanches, en cuyo territorio comerciaban, eran considerados sus mejores clientes.

Intercambiaban productos manufacturados (herramientas y paños), harina, tabaco y pan por pieles, ganado, rifles, municiones y caballos.

Ya que los comanches y apaches no criaban caballos, ni tenían suficiente acceso a las armas y a la pólvora.

En el libro New Mexico Book of the Undead Gobin & Ghoul Folklore del autor Ray John de Aragón, se narra como existían dos grupos de Mexicanos Comerciantes.

Los Ciboleros, Mexicanos rudos y Horsemen, gente de a caballo, que cazaban bufalos, pumas, osos y ciervos, muy populares a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

The fearless Comancheros, los temerarios Comancheros, era el otro grupo, gente de caballo que se adentraba en el territorio Indio, para comerciar con los Comanches.

Los Comanches respetaban el valor de los Comancheros Mexicanos y su habilidad para la lucha, las armas y los caballos.

Muchos Corridos Mexicanos fueron compuestos en honor a los Comancheros Mexicanos.

Los Mexicanos residentes de la zona tocaban violín y guitarra y componían sus famosos Corridos Mexicanos.

Mexicanos, Afro-Americanos y Comanches hicieron alianza, convivían, mezclaron sus culturas e intercambiaron sus costumbres, comida, música y tradiciones.

Músicos como Charlie Patton, se estima tenían sangre Mexicana, India y Afro-Americana. Así lo afirmaba Howlin´Wolf.

Lo cierto es que Mexicanos, Indios Comancheros y Cherokees y Afro-Americanos, formaron familias, crearon descendencia e intercambiaron su música y sus cantos.

De esas raíces tan profundas también se nutrió el blues.

En la Villa de El Duende (Goblin Town) cerca de Taos, los violinistas tocaban Folk Music.

Canciones como La Entrega de los Difuntos.

Variaciones de la historia de La Cenicienta y de La Llorona. Juan Verdades y La Hija del Diablo.


En México, varios investigadores estiman que la Llorona, como personaje de la mitología y de las leyendas Mexicanas, tiene su origen en algunos seres o deidades prehispánicas como Auicanime, entre los purépechas; Xonaxi Queculla, entre los zapotecos; la Cihuacóatl, entre los nahuas; y la Xtabay, entre los mayas lacandones.


Junto con La Adelita y La Cucaracha, La Llorona se convirtió en un canto popular muy utilizado pero, a diferencia de las demás, existen muchas versiones, cada una con letra distinta.

La frontera comanchero: una historia de las nuevas relaciones entre México y los indios de las llanuras.

Esta es la historia de los comancheros, o mexicanos que comerciaban con los indios comanches a principios del suroeste.

Cuando Don Juan Bautista de Anza y Ecueracapa, un líder comanche, firmaron un tratado de paz en 1786, se obtuvieron beneficios comerciales mutuos y el tratado nunca fue roto por ninguna de las partes.

Los comancheros de Nuevo México eran libres de vagar por las llanuras para comerciar bienes, y cuando los estadounidenses llegaron, los comanches y los mexicanos incluso se unieron en una alianza informal y flexible que hizo que la ocupación estadounidense de las llanuras fuera muy costosa.

De manera similar, en la década de 1860 los comancheros intercambiaban armas y municiones con los comanches y los kiowas, lo que les permitía causar un espantoso precio a los texanos que avanzaban.

Estás viendo a una exploradora apache, esta foto fue tomada en 1886, el mismo año que Gerónimo se rindió.

En aquellos días, las mujeres nativas ni siquiera pensaban en usar pantalones.

Sí, estamos familiarizados con Calamity Jane, Annie Oakley y un par de mujeres colonos duras más.

¿Incluso a los negros como la diligencia Mary, pero los nativos? No.

Mientras tanto, las mujeres guerreras estaban a un centavo por docena en las líneas tribales.

No hay nada inusual en eso.

Decir que esta mujer exploradora apache era una pionera es un eufemismo.

Por PanchoVillaMx