La leyenda de: El héroe mexicano del Titanic. Manuel Uruchurtu
La leyenda de: El héroe mexicano del Titanic. Manuel Uruchurtu Ramírez, este mexicano que nació en Hermosillo Sonora en el año de 1872 era miembro de una familia de la oligarquía porfiriana, ya joven Uruchurtu viajó a la Ciudad de México para estudiar abogacía.
En dicha ciudad contrajo matrimonio con su compañera de estudios, Gertrudis Caraza y Landero, con quien tuvo siete hijos. Su amistad con el prominente porfirista y miembro del grupo «Los Científicos«, Ramón Corral, le abrió las puertas a la vida política del país accediendo a una curul como diputado federal.
Su trabajo fue conocido ante los tribunales internacionales porque disputó la pertenencia al territorio nacional del Chamizal que Estados Unidos reclamaba como suyo.
A la caída del régimen y destierro de Porfirio Díaz en 1911, Uruchurtu se refugió en Europa, temiendo las represalias del nuevo Gobierno encabezado por Francisco I. Madero.
Para 1912 visita en Francia a su amigo y padrino político, el también desterrado general Ramón Corral, ex vicepresidente del gobierno de Porfirio Díaz.
A principios de marzo de ese año se efectúa el encuentro en el hotel Paris entre Uruchurtu y Corral donde expresa su intención de regresar a México para ver a su familia entre asuntos, para tal fin Uruchurtu reserva el viaje en el trasatlántico París, de Cherburgo (Francia) al puerto de Veracruz (México).
Sin embargo, por caprichos del destino, el yerno de Corral, Guillermo Obregón había reservado un boleto en el Titanic, y decidieron intercambiar pasajes.
Obregón había pagado un poco más de 27 Libras esterlinas por un boleto de primera clase que le permitiría navegar en el lujoso trasatlántico RMS Titanic en su viaje inaugural hacia el puerto de Nueva York, Estados Unidos, pero había cambiado de parecer y deseaba intercambiar boletos, a lo que Uruchurtu accedió, sellando así su suerte.
Guillermo Obregón viajaría en el trasatlántico París y Uruchurtu en el Titanic con el boleto No. P-C-17601. Antes de embarcarse, el abogado escribió varias misivas: “París, Francia, 26 de marzo de 1912. Me embarcó en Cherburgo el 10 de abril próximo en la mañana en el vapor Titanic”; “Madrid, España, 30 de marzo. Salgo el 10 del próximo abril a bordo del Titanic. Espero llegar el veinticuatro o veinticinco del mismo mes”, y al final, un cablegrama a Remigio Uruchurtu: “Embárcome. Mientras el buque navega por las aguas del Atlántico, cerca de la medianoche fría del 14 de abril de 1912, choca con un témpano de hielo que raja la coraza del barco. Reinan el caos y la desesperación.
No hay botes suficientes para todos. Miles de pasajeros pierden la vida congelados en el fondo del Atlántico. Por su condición diplomática y su boleto de primera clase, Uruchurtu había logrado subirse al bote número 11.
De pronto, apareció una dama inglesa que viajaba en segunda clase, Elizabeth Ramell Nye, alegando que tenía un esposo y un hijo esperándola en Nueva York. Cuando los oficiales se negaron a dejarla subir, Manuel Uruchurtu de 39 años de edad se puso de pie y le cedió su lugar en el bote, pidiéndole a la mujer un solo favor: que en caso de morir, fuera a ver a su esposa y a sus hijos y les contara lo ocurrido esa noche.
Nye salvó su vida al ser rescatada, no así Uruchurtu quien falleció en el hundimiento del Titanic. Tiempo después se descubrió que Elizabeth Ramell Nye había mentido, ya que no estaba casada ni tenía hijo alguno. No obstante, la mujer cumplió su promesa y en 1924 viajó a Xalapa, Veracruz a visitar a la viuda de Uruchurtu y contarle la historia de los últimos momentos de su marido.
Tras el naufragio de la nave, el cuerpo de Uruchurtu nunca fue recuperado. Remigio R. Uruchurtu, hermano de Manuel Uruchurtu, envió un par de cablegramas a la empresa The White Star Line en Nueva York. “El primero dice: ‘Suplico informarme si pasajero ‘Titanic’ licenciado Uruchutu pereció o salvó’; y el segundo dice: ’Refiérome mi cable fecha veinte actual suplicándoles nuevamente informes sobre pasajero ‘Titanic’ licenciado Manuel Uruchurtu. Answer Collete’”, se lee en el texto.
Ambos dos cablegramas fueron contestados en uno solo por The White Star Line que dice: “Have Not Found Body Manuel Uruchurtu up to present”. El mismo cablegrama trae la traducción que es: “No se ha encontrado hasta hoy el cuerpo de Manuel Uruchurtu”.
El nombre del diputado estaba en la lista de pasajeros, pero jamás apareció en la lista de rescatados, ni con vida ni fallecidos. Oficialmente, cerca de mil 500 personas murieron en el hundimiento del RMS Titanic, la tragedia marítima civil más importante del mundo ocurrida la noche del 14 y madrugada del 15 de abril.
Por PanchoVillaMx