Los llamados «dorados» no eran todos los seguidores villistas, sino únicamente un centenar de soldados elegidos que eran parte de la escolta de Francisco Villa. El antecedente de la Escolta Personal del general en jefe “Dorados”, se encuentran en el Cuerpo de Guías de la Brigada Villa, que comando hasta el final el capitán Encarnación Márquez, oriundo de San Andrés, en el estado de Chihuahua.

Posteriormente fue Francisco Sáenz el jefe del Cuerpo. Durante la toma de Chihuahua, en enero de 1914 Francisco Villa eligió, de las distintas brigadas, a 99 militares conocidos por sus habilidades en combate y se mostraran por sus capacidades, resistencia y principalmente por su lealtad. Fue así que se integraron tres secciones comandadas cada una de ellas por un capitán primero.

Villa en Ojinaga con sus Dorados.

El primer jefe de la Escolta, que contaba con el número 100, fue el Coronel de la sierra de Chihuahua Jesús M. Ríos, y entre los oficiales elegidos para la primera integración de “Dorados” se encontraban Nicolás Fernández, Candelario Cervantes, Martín López, Manuel Baca, José I. Prieto, Pedro Luján, Juan B. Vargas y demás oficiales conocidos por su valor. Cuenta Juan B. Vargas:


«La misión especial de la escolta consistía en proporcionar guardia al general Villa, general en jefe, donde quiera que se estableciera el cuartel general, y servirle de escolta personal. En campaña y principalmente en los combates desempeñaba la misión de un cuerpo de ayudantes del comandante en jefe, pero muchas veces fue lanzada como catapulta sobre el enemigo para coronar el éxito de una victoria. Era algo así como una pequeña guardia imperial, semejante a la que usaba le petit caporal para remachar con broche de oro alguna de sus brillantes batallas.».


Los soldados que conformaban la escolta fueron experimentados y valientes, y de ahí emergieron generales conocidos. Comunicaban órdenes verbales a los jefes de las corporaciones, que llegaban como si fueran del propio Francisco Villa; organizaban para dejar entrar en combate en orden a las fuerzas de la División del Norte; en las avanzadas de la División se repartían por grupos en las brigadas para integrar un cuerpo constante de enlace con el Cuartel General; y a su vez se conformaban como misión más delicada escoltar y brindar seguridad al General Villa.

Fueron tan eficientes y respetados que en varias ocasiones era su sola presencia para incrementar las acciones de guerra en un lugar dado: eran la élite de la oficialidad de Francisco Villa, una real punta de lanza y un ejército que obtuvo estatura legendaria.

Por PanchoVillaMx.