La masacre de la comunidad china en Torreón
Poco después de que iniciara la Revolución Mexicana, los maderistas tomaron Torreón en el estado de Coahuila en manos de Porfirio Díaz el 13 de mayo de 1911 cuando 2 mil soldados de las fuerzas revolucionarias de Francisco I. Madero atacaron la ciudad.
A lo anterior los rebeldes revolucionarios gritaron por las calles de Torreón, “¡Viva Madero y mueran los chinos!”.
Y es entonces que grupos de vecinos empezaron a saquear las tiendas de la ciudad, en especial los que eran de propietarios de origen chinos.
La versión es que, los militares de Porfirio Díaz habían disparado a los revolucionarios maderistas desde azoteas de sitios claves de la ciudad y varias de esas casas y comercios eran de miembros de la comunidad china, por ello se les acusó de apoyar al gobierno prestando sus inmuebles.
Por infortunio, estos actos de vandalismo se incrementaron de manera rápida en violencia contra los chinos. Tanto revolucionarios como pobladores entraban en las casas de la comunidad china para tomar piezas de valor, y asesinar a tiros.
Los cuerpos que estaban en la calle eran descalzados, ya que sabían que los chinos tenían sus ahorros escondidos en el calzado.
Hay estimaciones que hablan de que murieron 303 chinos. Número que pudo haber sido más grave si los generales maderistas, no hubieran ordenado que se detuvieran estos crímenes.
Los cadaveres fueron apilados a las afueras del panteón ya que las autoridades no dejaron que fueran enterrados en el lugar.
Tiempo después del acontecimiento, el Coronel Benjamín Argumedo declaró ante un juez militar que él había dado la orden de iniciar la matanza, sin embargo, afirmó que la comunidad de los chinos los recibieron a balazos al arribar a la ciudad, pero se descubrió que los chinos “estuvieron desarmados”.
Durante el Gobierno porfirista, México y China habían acordado un pacto de amistad y comercio que se apañó debido a este penoso acontecimiento.
El Gobierno de ese país demandó al Gobierno de México a realizar una investigación de lo ocurrido, y dar un castigo ejemplar a quienes tuvieron responsabilidad, además de emitir condolencias e indemnizar a las familias de las víctimas de la masacre.
La administración de Francisco I. Madero de inmediato ofreció pagar el daño, sin embargo, al final esto no sucedió ya que el Presidente fue asesinado en 1913 durante el llamado cuartelazo.
Tiempo más adelante la mayor parte de los chinos que sobrevivieron salieron de Torreón, y los unos cuantos que se quedaron guardaron silencio sobre el conflicto. Por muchos años este capítulo de la historia estuvo en el olvido.
Fue hasta en los 2000 cuando el Gobierno mexicano llevó a cabo actos de desagravio hacia la comunidad china. Ese año, en el Museo Memoria y Tolerancia de Ciudad de México se montó una muestra fotográfica sobre racismo donde se evocó esta matanza.
El Presidente López Obrador ha declarado que se lea debe una disculpa a la comunidad china por los hechos acontecidos durante ese año en Torreón.
Por PanchoVillaMx.