Entre los nombres más controversiales en la historia de México se encuentra el del general Aureliano Blanquet.

General Aureliano Blanquet


Según se cuenta -y le gustaba contar a él-, el 19 de junio de 1867 fue el encargado de encabezar el pelotón de fusilamiento que acabó con la vida del malogrado emperador de México: Maximiliano de Habsburgo, y de los generales Tomás Mejía y Miguel Miramón. Al caer moribundo el emperador, Aureliano fue el encargado -se dice, y decía él-, de darle el tiro de gracia.

El Emperador Maximiliano de Habsburgo siendo fusilado

Blanquet fue comisionado por el presidente Porfirio Díaz para combatir a los mayas, quienes se habían sublevado en la península de Yucatán. La campaña fue larga y cruenta. Se cuenta que Blanquet llegó a cometer todo tipo de atrocidades, entre ellas desollar vivos a los rebeldes y dejar que se quemaran bajo el ardiente sol tropical.

Aureliana Blanquet con generales porfiristas


Siempre leal a Don Porfirio Díaz, Aureliano luchó contra la revolución; no obstante, tras la rendición del anciano mandatario y su posterior exilio, se mantuvo en el ejército, jurando servir al nuevo gobierno, encabezado por Francisco I. Madero -pobre Don Panchito, tan trágicamente ingenuo-.

El Presidente Francisco I. Madero y el Vicepresidente José María Pino Suárez asesinados durante la Decena Trágica.


Dos años más tarde, siguiendo órdenes del despreciable Victoriano Huerta, fue el encargado de apresar, con sus propias manos, al presidente Madero, quien todavía alcanzó a asestarle una cachetada a Blanquet y espetarle: “es usted un traidor!”.


El general encerró al presidente Madero en un cuarto de intendencia, de donde saldría tres días después para morir asesinado junto al vicepresidente José María Pino Suárez, en la parte posterior del “palacio negro” de Lecumberri.

Trágico final del General Aureliano Blanquet frente a Carrancistas

Blanquet, aliado con Félix Díaz -el inútil sobrino de Don Porfirio-, encontró la muerte cuando, mientras huía del general constitucionalista, Guadalupe Sánchez, su caballo cayó en la barranca de Chavaxtla, en el municipio de Huatusco, Veracruz.


Los carrancistas, tras buscar en el fondo del precipicio el cadáver del general Blanquet, le cercenaron la cabeza y durante varios días la exhibieron como trofeo en los bajos del hotel Prendes, en el puerto de Veracruz.


¿Partidarios del general o simplemente curiosos?… el cortejo fúnebre del traidor Aureliano Blanquet.

Funeral de Aureliano Blanquet

Via Revolución Mexicana 1910.

Por PanchoVillaMx