El rancho situado a 300 metros del río Grande, cercano al Paso, Texas, llamado El Bosque, le hacia honor al fértil terreno donde había sido levantado en medio de un paisaje pintoresco, repletó de grandes árboles.


Una parte del lugar se encontraba sembrado de algunos árboles frutales, la casa principal se había construido en medio del terreno, a su alrededor se encontraba una pequeña lechería, la caballeriza, el establo frente a la casa y junto a este un depósito de pastura; al otro extremo estaba el gallinero, no podía faltar el pozo de agua con su bomba.


Tal era la vida de Felipe Ángeles, exiliado en Estados Unidos desde octubre de 1915, acompañado de su esposa Clara Krauss y sus hijos: Isabel, Alberto y los gemelos Felipe y Julio.
La compañía de su familia hacia más soportable la soledad, a pesar de su familia y el bonito paisaje del lugar Ángeles extrañaba las campañas de la revolución y a sus amigos.


La vida de ranchero no era para él, lidiaba con la falta de dinero, apenas podía comprar forraje y dar los abonos del terreno.


José Maria Maytorena le prestó 3 mil dólares, que le ayudaron a aliviar la situación, sintiéndose mejor anímicamente le dio el dinero a su esposa y partió a Nueva York en busca de otros exiliados.

Necesitaba sentirse útil, buscar un modo de hacer algo por su país, por lo que fundó el grupo Alianza Liberal Mexicana en 1918, que pretendía restablecer la paz en México, motivo por el cual regreso al país en enero de 1919.

General Felipe Ángeles

Por Jorge Cabrera Vargas