Cocineras de los revolucionarios
En el año 1910, inició la Revolución Mexicana para terminar con la dictadura de Porfirio Díaz. Los resultados que tuvo, tienen muchos cuestionamientos, pero eso se lo dejamos a los historiadores y analistas.
En la actualidad para muchas personas es motivo de fiesta y como es lógico nos reunimos para conmemorar la fecha los días 15 de septiembre. En este artículo, te vamos a contar un poco de cuál era la comida de la Revolución Mexicana.
Son famosas las mujeres de los revolucionarios, que se encargaban de preparar los platillos para los hambrientos soldados que llegaban a los campamentos después de las batallas. Aquí te mencionamos algunos de ellos.
La comida de la Revolución Mexicana.
Durante esa época las clases sociales estaban bien marcadas: la clase desvalida (en su mayoría indígenas) mantenía una alimentación donde la base seguía siendo el maíz, el frijol y el chile.
Por otro lado la clase media integrada por trabajadores añadía a la dieta caldos y carne cuando mucho dos días a la semana. Y la clase alta, integrada por los ricos, la dieta era completamente diferente, tanto en la cantidad de platillos a servir como en las bebidas.
Los grupos nómadas de revolucionarios y soldaderas que además de las largas jornadas vivían sin una cocina disponible e ingredientes escasos.
Entre los ingredientes y alimentos disponibles destacaban las tortillas, el pan y las legumbres como son los frijoles, las habas y las lentejas. Fue una época en la que cobraron también relevancia los quelites, las verdolagas y la flor de calabaza.
Estos los iban recogiendo al paso por los caminos y los aprendieron a cocinar dando como resultado, platillos exquisitos y de gran valor nutricional.
Tal vez para celebrar un triunfo se preparaba un buen mole que era acompañado con pulque y tortillas.
La historia cuenta que entre las comidas favoritas de Emiliano Zapata estaba el mole de olla con bolitas de masa, los frijoles de olla, la salsa de tomate con jumiles, las tortillas y los atoles de ciruela, elote, piloncillo y canela.
Por su lado, Francisco Villa cargaba en sus alforjas carne seca que era convertida en un guiso de carne con salsa.
Entre las bebidas, las más populares de la época era el café de olla, el chocolate, el pulque y el tequila.
El espíritu nacionalista dejó a su paso un claro fortalecimiento de la gastronomía nacional, del cual nos sentimos muy orgullosos los mexicanos.
Por PanchoVillaMx.