Porfirio Díaz: el dictador y la Cultura mexicana

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Aunque es recordado por algunos como un amante del arte prehispánico y un impulsor del desarrollo arqueológico en México, la figura de Porfirio Díaz continúa siendo profundamente contradictoria. Mientras escalaba la Pirámide del Sol con más de 75 años de edad y posaba orgullosamente frente a estelas mayas como la del Tablero del Templo de la Cruz de Palenque, millones de mexicanos sufrían bajo el yugo de una dictadura que se extendió por más de tres décadas.

Entre 1876 y 1911, Díaz consolidó un régimen autoritario disfrazado de orden y progreso. Si bien promovió la modernización del país —incluido el rescate arqueológico de zonas como Teotihuacan, Monte Albán y Xochicalco—, lo hizo mientras entregaba concesiones al capital extranjero, aplastaba huelgas obreras con violencia, y mantenía al pueblo rural en condiciones casi feudales.

El amor de Díaz por las culturas antiguas contrastaba de manera brutal con el desprecio que mostró por las luchas sociales contemporáneas de su tiempo. La represión en Cananea (1906) y Río Blanco (1907) dejó claro que el régimen priorizaba el control y los intereses económicos por encima de los derechos laborales y humanos. Mientras admiraba el esplendor del México prehispánico, ignoraba la miseria del México presente.

Su presencia en sitios arqueológicos y su impulso por fundar museos como el Museo Nacional de Antropología e Historia (en su versión original porfirista) sirvieron también como herramientas políticas: Díaz buscaba legitimar su poder al presentarse como el heredero de las civilizaciones gloriosas del pasado. Pero mientras veneraba los vestigios de los antiguos pueblos, su gobierno reprimía con mano de hierro a los indígenas y campesinos vivos, verdaderos herederos de esas culturas.

Hoy, el Tablero del Templo de la Cruz que tanto admiró se encuentra en la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología. Allí permanece como símbolo de una historia que no puede separarse del poder, la manipulación simbólica y la represión. Díaz subió pirámides, sí, pero también hundió al país en una dictadura que solo terminó cuando la Revolución Mexicana lo obligó al exilio.

Por PanchoVillaMx

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