Revolución y Reconstrucción Social: Las Enfermeras Visitadoras en la Década de 1920

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Tras los estragos dejados por la Revolución Mexicana, los gobiernos posrevolucionarios de la década de 1920 comprendieron que la verdadera reconstrucción nacional debía comenzar por quienes habían sido más afectados: mujeres, niños y sectores populares. En este contexto, el Departamento de Salubridad Pública emprendió una campaña de atención médica y prevención que transformaría la salud pública en México.

Uno de los pilares de esta política fueron las enfermeras visitadoras, figuras fundamentales pero muchas veces olvidadas en la historia de la medicina en el país. A diferencia de las enfermeras de hospital, las visitadoras llevaban el conocimiento médico hasta el interior de los hogares, especialmente en barrios pobres y sobrepoblados. Su labor era tan técnica como social, ya que requería explicar y convencer, enseñar sin imponer, transformar rutinas familiares en favor de la higiene, la prevención y el autocuidado.

Estas mujeres supervisaban embarazos, pospartos, campañas de vacunación, alimentación infantil y condiciones sanitarias del hogar, en una época en la que hablar de salud pública era hablar también de lucha contra la ignorancia, la pobreza y las enfermedades prevenibles. Su presencia casa por casa significó no sólo la difusión del saber médico, sino también la revalorización del papel de las mujeres en la reconstrucción del país.

Hoy, al mirar hacia atrás, la figura de la enfermera visitadora se erige como símbolo de una revolución silenciosa: la de la salud preventiva, la pedagogía del cuidado y la justicia social desde la trinchera doméstica.