“Mátalos en caliente.” Porfirio Díaz no necesitó un juicio. Le bastó un telegrama.

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“Mátalos en caliente.” Porfirio Díaz no necesitó un juicio. Le bastó un telegrama.Veracruz, 1879.
Un grupo de hombres fue detenido bajo sospecha de conspiración. Eran lerdistas, opositores al régimen, pero no se les había probado delito alguno.
Al ser informado, Díaz respondió con una frase que heló la sangre: “Aprehendidos infraganti, mátalos en caliente.”
Luis Mier y Terán, entonces gobernador de Veracruz, obedeció sin vacilar. En la madrugada del 25 de junio de 1879, nueve hombres fueron fusilados.
No hubo juicio. No hubo defensa. No hubo apelación. Sus nombres se borraron del relato oficial. Pero la frase, brutal y directa, sobrevivió.
“Mátalos en caliente” quedó grabada como uno de los episodios más oscuros del Porfiriato, una época en la que el “orden y progreso” se impusieron al costo de vidas humanas.
El escándalo fue tan grande que Díaz evitó Veracruz durante los siguientes 20 años. Más de un siglo después, esa orden aún resuena como advertencia de lo que ocurre cuando el poder no conoce límites.
Y tú, ¿cuántas veces has oído palabras parecidas en tiempos distintos?

Katz, Friedrich. La guerra secreta en México, Zárate, Julio. México a través de los siglos. INEHRM: “Fusilamiento de los conspiradores de Veracruz (1879)”.
Por PanchoVillaMx