Hacienda de Los Remedios: patrimonio histórico de la revolución mexicana
“Siete leguas, el caballo que Villa más estimaba”, reza la tan conocida canción de aquella yegua de grandes atributos y cualidades que la hacían destacarse del resto de los ejemplares equinos, que se encontraban en la conocida Hacienda de los Remedios, razón por la que llevó a la expropiación de la yegua por parte del Coronel Francisco Villa.
El conocido cronista del municipio de Jiménez, Chihuahua, cIudad cercana a Torreón en el estado de Coahuila, Salvador Mendoza Rede, menciona que la yegua que Francisco Villa expropió, la Siete Leguas, de la Hacienda de los Remedios, fue propiedad de Matilde Ramírez, esposa de Marcos Rusek, dueño de la hacienda.
Fue precisamente por la yegua Siete Leguas, que Villa se adueñó de la familia Rusek, razón por la cual a Villa lo estuvieron a punto de fusilar en Jiménez, por órdenes de Victoriano Huerta, sin embargo, fue gracias al indulto que llegó en último lugar gracias al entonces hermano del Presidente, Álvaro Madero, que no fusilaron a Villa.
A pesar de que la Hacienda de los Remedios fue lugar sustancial en la historia de la Revolución Mexicana, debido a sucesos que se presentaron en torno a la construcción y dueños de la Hacienda, en donde se vio involucrado el entonces Coronel Francisco Villa; en la actualidad, solo se encuentra la fachada de la obra, en malas condiciones, deteriorada por las inclemencias del tiempo y la vandalización.
Al frente de la fachada de la Hacienda de los Remedios, en una entrada de muros adornados con cantera, pende de lo que algún día fueran bisagras reforzadas, una pesada puerta de madera sólida, aparentemente de encino por su olor, detrás de la pesada puerta comienzan los andadores de la hacienda, los cuales aún conservan el azulejo original, puertas, ventanas, rejas y algunos murales en las paredes.
A la espera de que sea restaurada por autoridades municipales, estatales, federales o del INAH, la Hacienda de los Remedios, sobrevive a las inclemencias del tiempo, resistiendo a no perderse en el espacio-tiempo.
Por PanchoVillaMx.