img_7886

La afición de Francisco Villa por las peleas de gallos se originó desde que era joven. Incluso se afirma que fue administrador de un corral de gallos de pelea en Chihuahua en los años previos al estallido de la revolución maderista.

En Ciudad Juárez y Chihuahua, ciudades ocupadas por los villistas, era común la organización de peleas de gallos y corridas de toros como forma de entretenimiento para los soldados. John Reed lo recordaría así:“todas las tardes, a las cuatro, se le encontraba en una gallera, donde hacía pelear sus propios gallos con la alegría de un muchacho”.

En la Quinta Luz construyó una gallera y en Canutillo, en tiempos de paz, Villa tenía corrales con más de 150 gallos que cuidaba personalmente. Sus gallos provenían de Cuba, de Estados Unidos y de los mejores criaderos de México. Francisco Villa y el coronel Miguel Trillo los entrenaban cotidianamente en la Hacienda de Canutillo.

El general Villa, el general Rodolfo Fierro y Raúl Madero preparan un gallo para una pelea. Fotografía: Mutual Film.

Via INERHM