Villa a punto de ser fusilado

Durante las campañas del ejército federal en contra del rebelde Pascual Orozco en Jiménez, Chihuahua el 4 de junio de 1912 Francisco Villa estuvo a punto de ser fusilado por órdenes de Victoriano Huerta por el supuesto robo de una yegua que posteriormente se le conocería como el “7 Leguas”.

Según fuentes del Instituto de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, estas fueron las palabras de Villa al verse frente al pelotón;

“¿Por qué van a fusilarme? ¡Quiero, ya que voy a morir, saber siquiera por qué! Yo he sido un fiel servidor del gobierno; con ustedes he pasado trabajos y he corrido peligros.

Es muy justo que al menos me digan por qué voy a ser fusilado… No pude continuar porque las lágrimas se me rodaban de los ojos, no sé si del sentimiento de verme tratado de aquella manera sin merecerlo, o quizás de cobardía, como han gritado tanto mis enemigos cuando me han huido.

Yo dejo que el mundo juzgue de mis lágrimas en aquellos supremos momentos, y declare si la cobardía las hacía brotar, o la desesperación de ver que me iban a matar sin que yo supiera por qué.”

Al final Villa logró evitar la muerte en esta ocasión gracias a la intervención de un capitán y del hermano del Presidente Francisco I. Madero, Álvaro Madero por lo que fue encarcelado en Lecumberri de donde tiempo después escapó.