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16 de mayo de 1915. Durante la primera quincena de mayo de 1915, los combates entre la División del Norte y las fuerzas del general Álvaro Obregón fueron encarnizados y sin tregua. El 12 de mayo, Obregón ordenó a sus hombres tomar el cerro de La Cruz, a 10 kilómetros de distancia de la estación Trinidad.

El general Francisco Villa ordenó de los ataques más furiosos de caballería, logrando detener el avance obregonista, pero a un costo de vidas muy alto. Tras esa feroz batalla, ambas fuerzas se reagruparon para preparar el cuarto combate: el de Trinidad. Obregón escribió en sus memorias, Ocho mil kilómetros en campaña los preparativos en sus líneas para asegurar el abasto de armas y municiones:


Los días 16, 17 y 18 transcurrieron sin novedad de importancia en nuestro campamento, y en esos días continuamos practicando reconocimientos, en los que observábamos las actividades del enemigo, que con toda celeridad se atrincheraba a lo largo de su línea, haciendo llegar constantemente, de León, nuevos contingentes y toda clase de elementos, mientras que, por nuestra parte, nos preparábamos mejor para resistir cualquier ataque que llegase a dar el enemigo, antes de que recibiéramos el parque, que esperábamos de Veracruz, para principiar nuestra ofensiva y posesionarnos de León.
Durante ese tiempo, el Cuartel General de mi cargo estuvo, también, atento a la situación de retaguardia, ordenando lo conveniente para contrarrestar cualquier movimiento que el enemigo llegase a intentar por aquel rumbo; a cuyo efecto dispuse que el general Amaro se estableciera en Celaya, con el grueso de sus fuerzas, y situara competentes destacamentos en Irapuato y otros puntos inmediatos, en prevención de que la columna villista que se encontraba en Dolores Hidalgo intentara avanzar al Sur y apoderarse de nuestras vías de comunicación con Veracruz. En esa vigilancia cooperaban muy eficazmente el coronel José Siurob, gobernador y comandante militar de Guanajuato, nombramiento que había recaído en su favor, al ser substituido en el Gobierno de Querétaro por el general F. Montes, y el general Federico Montes, Gobernador y Comandante Militar de Querétaro, quienes, constantemente, enviaban exploraciones y espías por los caminos de Dolores Hidalgo y San Miguel Allende, para recoger informes sobre los movimientos que hiciera el enemigo por aquellos rumbos; informes que ellos rendían, oportunamente, al Cuartel General de mi cargo, y que nos eran de mucha utilidad, para normar nuestros movimientos.


También transmití órdenes al general Amaro para que destacara fuerzas de su División hasta Pachuca, con objeto de asegurar el control de la vía hasta aquel punto, cooperando con las fuerzas del general Millán a batir a las numerosas partidas zapatistas que habían aparecido entre San Juan del Río y Tula, amenazando seriamente esta plaza y la vía del ferrocarril en aquella extensión…
El 22 de mayo se reanudaron los combates, una feroz embestida de los villistas hicieron retroceder a los hombres de Obregón. Los combates se prolongaron hasta el 31 de ese mes, logrando la victoria la División del Norte y preparando una nueva batalla en el Bajío.

Ejército de Obregón en combate. Abril de 1915. © (39272), México, Secretaría de Cultura – INAH – Sinafo – FN.

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