Un Momento Histórico: Ifigenia Martínez y la Primera Presidenta de México

El 1 de octubre de 2024 marcó un hito en la historia de México con la toma de posesión de la primera mujer en asumir la Presidencia de la República. La Banda Presidencial le fue colocada por Ifigenia Martínez, destacada economista y figura clave en la vida política del país durante la segunda mitad del siglo XX, reconocida por su incansable impulso a la apertura democrática.

A lo largo de su trayectoria, la doctora Ifigenia Martínez desempeñó diversos cargos legislativos como diputada federal y senadora en varias legislaturas, desde donde promovió causas progresistas como la equidad de género, la soberanía económica y la defensa de los derechos sociales.

Fue también precandidata a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal por el PRD y formó parte de la Asamblea Constituyente que redactó la Constitución de la Ciudad de México en 2016. En 2024, presidió la Cámara de Diputados hasta su fallecimiento el 5 de octubre de ese mismo año.

Durante su breve pero significativa gestión como presidenta de la Cámara, encabezó la ceremonia de toma de protesta de la primera presidenta del país, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, pronunciando un discurso que quedó grabado en la memoria nacional:

“Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la Toma de Protesta de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer Presidenta de México.

Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.

Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1988, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.

Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una Presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la Banda Presidencial a la primera Presidenta es uno de los mayores honores de mi vida.”