Cuando escuchamos la palabra «jarocho» pensamos en Veracruz; en sus abanicos, vestidos blancos y sombreros de cuatro pedradas; en sus sones y fandangos. Sin embargo, lo jarocho comenzó a construirse siglos atrás, con la presencia y actividad de los negros y mulatos de la región.

En el pasado, el término «jarocho» hacía referencia a los vaqueros mulatos, hijos de indígenas y africanos, del sur de Veracruz, que usaban lanzas o garrochas conocidas como jaras para arrear y dominar los hatos de reses al estilo andaluz. Detrás de esto hay toda una historia.

»Después de la Conquista española, la primera producción ganadera en estas tierras contó con el trabajo de los esclavos negros y se extendió hacia el Sotavento novohispano (término marítimo, administrativo y militar que definía el espacio al sur del puerto de Veracruz, en contraposición al Barlovento, al norte de dicho punto), que comprendía desde el puerto veracruzano hasta lo que hoy es el noroeste de Tabasco, pasando por la zona mazateca, la mixe, la Chinantla (al norte de Oaxaca) y la región zoque chiapaneca y oaxaqueña.

En la región del Sotavento es imposible pensar en lo jarocho sin considerar el papel que tuvieron los afrodescendientes durante el periodo novohispano, ya que marcaron un estilo muy particular en las formas de vida en los llanos y en la domesticación del ganado.

Bajo el estilo andaluz, los vaqueros arreaban las reses, a pie o a caballo, con lanzas o garrochas conocidas como jaras, que con el tiempo se convirtieron en una herramienta fundamental para dominar al ganado y también en arma de ataque y defensa. La palabra «jarocho» proviene de esas jaras con las que amansaban a las reses cimarronas y dirigían el ganado capturado hacia los rodeos.

»Desde luego, hay otras versiones sobre el origen del término; sin embargo, los historiadores coinciden en que se refiere a la vaquería más que a otra cosa, sobre todo porque la región del Sotavento se caracterizó por un tipo de ganadería trashumante y extensiva».

por PanchoVillaMx