¿Por qué dicen “Fierro” en el norte? Rodolfo Fierro revolucionario

Se le dice a la gente de a caballo, valiente, bragada, temeraria, sin miedo a la muerte.

Rodolfo Fierro mejor conocido como “Fierritos” o “La Bestia hermosa” nació un 27 de julio de 1880 en El Fuerte, Sinaloa, y fue uno de los lugartenientes de las mayores confianzas del General Francisco Villa; fue el gatillero y brazo ejecutor literalmente hablando. Tenía conocimiento de cómo apretar el gatillo por obligación pero lo disfrutaba más cuando disparaba por devoción, es decir, por placer.

Las historias, anécdotas y registros documentados por historiadores e investigadores pueden constatar lo anterior.

Al iniciar la revolución constitucionalista después del golpe de Estado contra Francisco I. Madero y José María Pino Suárez por Victoriano Huerta, Fierro era integrante de las filas del compadre de Villa, Tomás Urbina.

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Urbina fue otro de los integrantes villistas de honestidad dudosa y arrebatos caciquiles. Había sido garrotero y ferrocarrilero, sin embargo, sus conocimientos técnicos eran insuficientes para hacerse cargo de la logística de la División del Norte y de su movilización en locomotoras.

Por lo anterior Villa puso a prueba las habilidades de Rodolfo Fierro en 1913 en especifico en la Batalla de Tierra Blanca. Un grupo de tropas federales al intentar huir a gran velocidad y para evitarlo, Fierro subió su caballo y a todo galope se emparejó al ferrocarril logrando evitar que las balas enemigas le hirieran.

Sin dudarlo brinco desde su montura, trepó a lo alto de los vagones y avanzó hacia el frente saltando un vagón tras otro hasta llegar al lado del maquinista a quien le vació la pistola. Posteriormente jaló la palanca y detuvo la locomotora. Después, impresionados por la audacia de Fierro el resto de las tropas villistas cayeron encima del ejército federal.

A partir de entonces, Rodolfo Fierro se integró al primer círculo de los villistas, más no tuvo cargo alguno sobre las tropas durante la revolución. Villa lo tenía a su lado para encargos especiales, las que sólo un desquiciado como él podría cumplir a cabalidad.

Era de notarse la curiosa integración social de los altos mandos de la División del Norte; una integración de hombres de clase media, con preparación, con formación de carrera y con principios políticos y convicciones, como eran los generales Felipe Ángeles, Eugenio Aguirre Benavides o el hermano de Francisco I. Madero, Raúl Madero, integrando el mismo grupo, la mesa de Villa, y con hombres atrabiliarios, incultos y despiadados como Tomás Urbina y Rodolfo Fierro.

No hubo batalla alguna durante el período de la revolución contra Huerta en la que el violento y sanguinario lugarteniente de Francisco Villa no estuviera presente. Contribuyó a las tomas de Torreón, San Pedro de las Colonias, Paredón y Zacatecas. Siempre al mando de su general, sumiso, y siempre temerario, Fierro actuaba con absoluta lealtad a costa de su vida.

Nada lo arredraba, ni siquiera una herida; la sangre parecía detonar con mayor furia su adrenalina. El furor lo poseía y siempre intentaba volver a la batalla. Felipe Ángeles lo describió durante la toma de Zacatecas: “Los heridos heroicos como Rodolfo Fierro andaban chorreando en sangre, y olvidados de su persona, querían seguir colaborando eficazmente en el combate”.

Por PanchoVillaMx.