No se admiten bandidos
El levantamiento encabezado por Emilio Vázquez Gómez a finales de enero de 1912, atrajo a un sin número de inconformes al gobierno de Francisco I. Madero, con los que le alcanzó para tomar Ciudad Juárez.
Poco después, Pascual Orozco pudo detener el movimiento sin ningún incidente.
Diversas fuentes, escribe Michael Meyer, aseguran que Villa quería unirse a los rebeldes, sin embargo fue rechazado por Orozco con estas palabras:
«No se admiten bandidos en las filas de este movimiento«.
El día 4 de febrero, el gobernador de Chihuahua, Aureliano González, renunció porque se sentía incapaz de enfrentar la rebelión. El día 5, Abraham González dejó la Secretaria de Gobernación y junto con Silvestre Terrazas regresaron a Chihuahua. Al día siguiente Madero ofrece la gubernatura interina a Pascual Orozco pero no la acepta.
El 7 de febrero, Villa escribió una nota a Pascual Orozco:
«Siendo imposible permanecer por más tiempo indiferente al movimiento actual, hoy salgo para la sierra a reconocer mi gente, tanto para ponerla al corriente de los sucesos que se desarrollan en esta capital y a la vez evitar que se cometan actos que puedan complicar más la triste situación por qué atraviesa nuestro estado […]
Cómo siempre cuente con mi ayuda si mañana puedo ser útil en algo; voy confiado en su carácter, y no dudo que a la brevedad posible arregle el estado actual de las cosas, ya sea haciendo conocer al pueblo de Chihuahua los verdaderos ideales que persiguen los que andan levantado en armas, que según decir, todo el ejército regular está de acuerdo a que se cumplan las promesas de la Revolución pasada».
Poco después, Abraham González, quien había retomado el puesto de gobernador, desconfiando un tanto de la lealtad de Villa, giro órdenes para que se dirigiera a la capital del estado al frente de sus 600 hombres. Fredric Katz, menciona que González pidió reducir el número de elementos a 250, para evitar una posible traición.
Al parecer, Villa, estaba dispuesto a ofrecer sus servicios a Orozco sin importar para cual bando se inclinara. Sin embargo, en el momento de ser enviado el mensaje, Pascual Orozco continuaba siendo fiel al gobierno combatiendo a los grupos de alzados. De otra manera, Villa, sería visto como un oportunista que buscaba protagonismo en un bando o en otro.
Desde el 26 de enero, Orozco había puesto su renuncia en la mesa, pero Madero no se la acepto y le pidió que por lo menos esperara hasta marzo, pues le urgía su apoyo para sofocar los levantamientos en Chihuahua, lo había convencido de hacerla válida hasta el 1 de marzo.
La fama de bandido de Villa hacía que se desconfiara más de él que de Orozco, pero al final, Villa demostró lealtad a Abraham González y a Francisco I. Madero enfrentado el 3 marzo a los hombres de Orozco a las afueras de Chihuahua; a pesar del esfuerzo los villistas sufrieron su primera derrota contra los Colorados.
Dos días después el Secretario de Guerra de la ciudad de México, general José González Salas tomaría el mando de las tropas federales para enfrentar a Pascual Orozco.
El mensaje de Villa a Orozco está fechado el día 5 de febrero, en ese momento Orozco no había mostrado indicios de traicionar al gobierno. No hay un sustento firme de que Villa quería unirse a la rebelión de Orozco, sí es hasta el día del enfrentamiento, 3 de marzo, cuando Pascual Orozco se puso al frente de los rebeldes, apoyado por Terrazas y Creel.
Fuentes: Pancho Villa: Una biografía narrativa, Paco Ignacio Taibo II.
Pancho Villa, Friedrich Katz.
Por Jorge Cabrera Vargas