NAUFRAGIO 1511.


Jorge Cabrera Vargas

El 15 de agosto de 1511 la Nao Santa María de Barca, capitaneada por Juan de Valdivia; regresaba de un viaje a Panamá rumbo a la isla La Española. El mal tiempo ocasionó que la nao naufragara cerca de Jamaica, entre 18 y 20 personas alcanzaron a abordar un bote con el que pudieron llegar a las costas de la Península de Yucatán.


Los náufragos no lograron mantenerse con vida mucho tiempo al ser atacados por los cocomes, los hombres tomados como prisioneros fueron sacrificados a los dioses; únicamente Gonzalo Guerrero y Fray Jerónimo de Aguilar conservaron la vida para servir como esclavos.


Tiempo después Gonzalo, salvó la vida a su amo, esta acción motivó que se le concediera la libertad, participó en algunas batallas con grupos enemigos de los cocomes, para ese entonces su aspecto era más de maya que de español; se casó con una indígena maya y se convirtió en gobernador de su pueblo.


Jerónimo de Aguilar se mantuvo como esclavo durante todo su cautiverio, en su calidad de fraile, nunca aceptó a ninguna mujer a su lado, a pesar de que los cocomes lo torturaban encerrandolo con alguna doncella desnuda durante las noches, siempre respeto su voto de castidad.


En el año de 1519 Jerónimo de Aguilar tuvo conocimiento de la llegada de navíos españoles a la isla de Cozumel y de inmediato salió en busca de Gonzalo Guerrero para llevarle la buena noticia, Gonzalo lo escuchó con atención, pero no deseaba dejar a los cocomes, haciéndoselo saber a Jerónimo de Aguilar: «hermano Aguilar yo estoy casado y tengo tres hijos, soy cacique y capitán en la guerra, mira mi rostro grabado y mis orejas horadadas, ¿que diran de mi estos españoles si me ven así?, además mira a mis hijitos cuán bonicos son«.


La familia formada por Gonzalo Guerrero y Zazil Há, fue la primera familia mestiza en América. Jerónimo de Aguilar partió solo en busca de los españoles que capitaneaba Hernán Cortés, se embarcó con ellos tomando rumbo a las costas del lugar que posteriormente sería llamado la Villa Rica de la Vera Cruz.


Durante el trayecto, los españoles, combatieron en Centla a un grupo de chontales, logrando la victoria, como tributo de guerra recibieron 20 mujeres, entre ellas a la esclava Malinalli. De ahí en adelante la comunicación entre Cortés y los originarios de estas tierras se facilitó de buena manera. Malinalli se comunicaba en náhuatl con los autóctonos, traducía en maya a Jerónimo y a su vez, Jerónimo, traducía en español a Cortés. Cuando Malinalli aprendió a hablar español ya no fueron necesarios los servicios de fray Jerónimo de Aguilar.