Muera Madero
Zapata había fraguado un plan para asesinar al presidente Madero, la noche del 15 de septiembre de 1912, durante la ceremonia del grito de Independencia.
El plan era distribuir a cientos de zapatistas en las colonias aledañas a Palacio Nacional, los cuales fueron llegando durante las semanas previas a la fecha indicada. En grupos de tres o cuatro hombres, para no llamar la atención, rentando humildes cuartos de vecindad.
Los 600 hombres que realizarían el ataque se mezclarían entre la población y al salir Madero al balcón, comenzaría el tiroteo, apoyados por otros 2,000 hombres que entrarían a la capital por distintos puntos.
Un grupo de zapatistas resultó sospechoso para la Policía Secreta, quienes lograron infiltrarse entre los conspiradores sin saber los propósitos de estos, poco a poco se fue descubriendo el complot.
El 31 de agosto se realizó una reunión en un pueblo llamado San Jerónimo, a pocos kilómetros de la Ciudad de México, gracias a un pitazo de uno de los infiltrados, la policía localizó la casa de los implicados, rodeándola y tomando presos a los zapatistas.
Los detenidos fueron llevados a los separos donde los torturaron para saber donde estaban las armas que utilizarían en el ataque.
El jefe principal del ataque a la ciudad fue el general Antonio de la Serna, él y 8 coroneles fueron llevados a Chalco, Estado de México; se dijo que el gobierno local pidió el traslado de los prisioneros.
En Chalco no existía la Ley de garantías, por lo que de la Serna y sus hombres fueron fusilados, después de una farsa de juicio, el 9 de septiembre de 1912. De este modo no se manchó la fama de legalidad del gobierno maderista.
Por Jorge Cabrera Vargas