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Mejor conocidos en México, como los cacahuates japoneses habiendo adquirido este nombre de la nacionalidad de su creador, el Japonés Yoshigei Nakatani, uno de los muchos inmigrantes japoneses que vinieron a tierras mexicanas en la década de los 40s, del siglo pasado; él llegó a trabajar a un establecimiento denominado «El Nuevo Japón«.

Sin embargo, su jefe fue acusado de espionaje derivado de la segunda guerra mundial y a pesar de la doctrina Estrada, el gobierno Norteamericano exigió al mexicano su expulsión cosa que este último obendientemente hizo, lo cuál dejo sin empleo al señor Nakatani, sin embargo, esto no lo detuvo, él y su esposa comenzaron a fabricar dulces en un cuarto que rentaban en una vecindad de la calle Carretones.

Uno de esos dulces fue la adaptación de una golosina nipona hecha a base de cacahuates, soya y harina de arroz.

Cómo en México era difícil conseguir en grandes cantidades este último ingrediente lo sustituyó por harina de trigo, el éxito fue tal que la gente se agolpaba por tener estos «cacahuates japoneses».

Más tarde el fundaría la fábrica NIPÓN, que se convertiría en un negocio familiar que subsiste hasta nuestros días, y lo más curioso es que en muchos países del extranjero se les conoce como «Cacahuates mexicanos«.


Vivir México, vive su historia

@Charlas_de_leyendas

Por PanchoVillaMx