La figura de Miguel Hidalgo, entre el Porfiriato y la Revolución

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En 1910, el entonces presidente Porfirio Díaz encabezó los grandes festejos por el Centenario de la Independencia de México. Las celebraciones incluyeron ceremonias solemnes, la inauguración de plazas y parques, develaciones de estatuas y discursos que exaltaron la figura de Miguel Hidalgo como símbolo fundacional de la nación.

Sin embargo, en plena efervescencia social, el uso político de la imagen de Hidalgo no fue exclusivo del régimen porfirista. Con el estallido de la Revolución Mexicana, diversos movimientos populares también hicieron suyo el legado del “Padre de la Patria”. Ejemplo de ello ocurrió en 1911, cuando un grupo de maderistas tomó el Ayuntamiento de Atlacomulco. El acto fue acompañado de desfiles, cantos patrióticos, vítores a Francisco I. Madero, la remoción del retrato de Díaz y una ceremonia simbólica en una plaza dedicada a Hidalgo.

La apropiación de los símbolos patrios por distintos actores revolucionarios mostró cómo las figuras históricas fueron reactivadas en el discurso popular para legitimar nuevas luchas y proyectos políticos.

Este fenómeno ha sido analizado por el historiador Omar Fabián González Salinas en su artículo “Fiesta cívica y culto al ‘Padre de la Patria’ en el Estado revolucionario, 1910-1940”, publicado por el Instituto Mora. En su investigación, el autor detalla cómo, durante y después del conflicto armado, la figura de Hidalgo fue resignificada por un Estado en transformación.

Por PanchoVillaMx

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