La Batalla por Zacatecas: El asalto decisivo de la División del Norte

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El 19 de junio de 1914 marcó el inicio de una de las acciones militares más decisivas y sangrientas de la Revolución Mexicana: el sitio y posterior toma de Zacatecas por parte de la División del Norte, comandada por el general Francisco Villa. Esta operación, que culminaría el 23 de junio, no solo significó un importante triunfo militar para los revolucionarios, sino también un duro golpe para el régimen de Victoriano Huerta, acelerando su caída.
Los primeros contingentes villistas comenzaron a llegar a la ciudad el 19 de junio. Durante esos días iniciales, los combates se limitaron a escaramuzas aisladas. Las órdenes de Villa eran claras: no atacar de forma frontal hasta que todo estuviera perfectamente preparado. Las tropas revolucionarias soportaron el hostigamiento de las fuerzas federales sin precipitarse, conscientes de que el verdadero enfrentamiento requería precisión y estrategia.
Fue hasta el 22 de junio cuando el propio Francisco Villa arribó al sitio del combate para tomar el mando directo. Al día siguiente, el 23 de junio, a las 10 de la mañana, comenzó el asalto definitivo. El plan de ataque tenía objetivos militares claramente definidos: tomar los cerros de El Grillo y La Bufa, donde se encontraban instaladas las principales baterías de artillería federal. Controlar estas elevaciones significaba tener dominio total sobre la ciudad y, sobre todo, eliminar la capacidad defensiva de los huertistas.
La lucha fue encarnizada. La ciudad se convirtió en un campo de batalla lleno de fuego y metralla. El terreno escarpado, las fortificaciones federales y la desesperación de los defensores convirtieron el avance revolucionario en una operación extremadamente costosa en vidas humanas. Sin embargo, al caer el día, Zacatecas estaba en manos de la Revolución.
La victoria en Zacatecas fue uno de los puntos de inflexión más importantes del conflicto. Las fuerzas de Huerta quedaron debilitadas, tanto militar como moralmente, mientras que la figura de Villa se consolidó como uno de los líderes más temidos y respetados del movimiento revolucionario.
La escena ha quedado inmortalizada en imágenes como la del general Francisco Villa montado en su caballo en 1914, una estampa emblemática conservada hoy por la Mediateca del INAH. Y, como relata el historiador Friedrich Katz en su monumental obra Pancho Villa (Ediciones Era, 2018), este episodio no solo fue una hazaña militar, sino también un símbolo del poder de la insurrección popular.
Zacatecas ardió aquel 23 de junio, pero de esas cenizas nacería una nueva etapa de la Revolución Mexicana.
Por PanchoVillaMx