“Mexicanos: en el acto mismo de mi muerte os recomiendo el amor a la patria, y observancia de nuestra santa religión, ella es quien os ha de conducir a la gloria.

Muero por haber venido a ayudaros, y muero gustoso porque muero entre vosotros. Muero con honor, no como traidor: no queda ni a mis hijos y su posteridad esta mancha; no soy traidor, no. Guardad subordinación y prestad obediencia a vuestros jefes, que haciendo lo que ellos os mandan cumpliréis con Dios; no digo esto lleno de vanidad, porque estoy muy distante de tenerla”.

Estas eran las palabras que Agustín de Iturbide dijo antes de rezar en voz alta y besar un crucifijo, para luego ser fusilado el 19 de Julio de 1824, en Padilla, Tamaulipas.

Vía Historias y relatos

Por PanchoVillaMx