Explosión del Túnel de Cumbres
A finales del siglo XIX, se construyó el ferrocarril desde el Paso, Texas hacia la ciudad de Madera, Chih, en una primera etapa se hizo hasta la mina de Corralitos, luego hacia la Colina Dublan, más tarde hasta la Hacienda de San Diego, siguiendo el tramo hasta la estación Pearson, que sería utilizado para sacar la producción maderera, el tejamanil de gran calidad, que eran tabletas de madera muy delgada utilizadas para los techos de las casas, , lo producen los mormones en las colonias de la sierra ya que tenían buen mercado en el extranjero. La madera que se aserraba en la región era muy apreciada en Estado Unidos, y con esta vía de salida rápida la explotación de los bosques se hizo al máximo, a tal grado que Sydney, Australia en su totalidad se construyó con madera de Casas Grandes, se embarcaba a el Paso, Texas, de ahí hasta San Diego y después en barco hasta Australia.
La belleza natural de la región, las ruinas arqueológicas, la cacería y las riquezas que se explotaban hicieron que muchos turistas y hombres de negocios, arribaran a la región, de Casas Grandes, por lo que se inauguró un ferrocarril que cubría la ruta de Nueva York a Ciudad Madera, cuyo recorrido era El Paso, Juárez, Guzmán, El Sinai, San Pedro Corralitos, Colonia Dublan, Nuevo Casas Grandes, San Diego, Pearson, Cumbres, Babicora & Madera.
Los viajeros que venían de los Estados Unidos, revisaban sus papeles de migración en Juárez, allí había trenes de conexión hacia la ciudad de México, a Santa Fe, Rock Island, San Antonio, Kansas City, Los Ángeles y San Diego.
A los turistas se les pedía que cambiaran dólares por moneda mexicana, eran cuarenta y seis centavos de dólar por un peso y se les informaba de las actividades que podían realizar para disfrutar su estancia en Casas Grandes, mediante el siguiente folleto.
“Gran turismo, esta línea fue recién inaugurada, atraviesa las montañas de la sierra, conozca Cumbres, el túnel más grande del mundo, atrévase a penetrar a las minas de oro y plata, visite cuevas prehistóricas, magníficos escenarios, excelente clima, deportes para hombres, como pesca, de truchas y caza e pavos, osos, berrendos, venados, pumas, linces en abundancia, buenas tierras en renta a menos de cincuenta centavos, cómodos hoteles y deliciosa comida.
La región recibía gran número de visitantes a pesar de la revolución, los turistas lo tomaban como una excitante aventura, además sabían que las fuerzas federales protegían a los extranjeros.
En 1914 el jefe villista Maximo Castillo hizo volar el túnel de Cumbres, ya que los propietarios del ferrocarril no le quisieron pagar 10,000 pesos para apoyar el movimiento, además exigía veinticinco centavos por cada cabeza de ganado que se cargara para exportación.
A la salida estaba la gavilla de Máximo Castillo, les ordenó que retrocedieran el tren, habían bajado a todos del carguero y que dejaran las cinco jaulas dentro del túnel, además que desengancharán el tren y que lo pusieran en marcha, mandó al maquinista que se bajara y que el tren continuara solo, Máximo había quitado unos rieles para que se descarrilara, la tripulación tendría que caminar a pie a estación Chico en el kilómetros 356.
Máximo ordenó que con las estopas y aceite que tenía el tren en las cajas con lubricante en los ejes de las ruedas le prendieran fuego a las jaulas.
Ese mismo 4 de julio de 1914 el ferrocarril Noroeste de México salió a las 6:00 de la mañana, partió el tren a Madera, la máquina de vapor numero 41 jalaba un coche del correo exprés, dos furgones con mercancía, un coche de pasajeros de segunda clase, y dos carros de pasajeros de primera clase de los llamados pulman, eran atendidos por un chino llamado Charle Woo.
En ese entonces Nuevo Casas Grandes no era la principal estación, había otras como la estación Barreal Km 92, donde el tren paró a dejar pasaje y cargar agua, estación Guzmán Km125 donde subían para Ascensión, El Sabinal Km. 146, San Pedro Corralitos Km 190, pueblo minero importante donde descargaron la mayor parte de la mercancía, estación Dublan Km.237, aquí les informaron que los revolucionarios se habían retirado de la región por lo que avanzaron un poco más confiados, Nuevo Casas Grandes Km. 240 paraje Terrazas en el Kilómetro 258 y estación Pearson Km.270.
El tren llego a las doce del miércoles a Pearson, descendió el mormón Edward Turley y bajaron el resto de la mercancía, el tren continuo su camino en estación El aguaje K.320, abordaron el tren superintendente M. J. Gilmartin y el jefe de vía J.I Morris que andaba supervisando la reparación de los puentes destruidos una semana antes, y en estación Cumbres Km 346, bajaron los últimos dos pasajeros que se salvaron de la muerte, el señor Abel Morales Madrid y un amigo descendieron del tren para dirigirse al campo número 12 de la comunidad de Pomas. El tren cruzo el túnel lento para no chocar con las piedras que se hubiesen derrumbado aunque estaba ademado con madera, tenía 1500 metros de longitud.
El tren de pasajeros diviso el humo, era el ferrocarril de lujo que venía desde New York, en un principio el maquinista no sabía de qué se trataba, cuando vio salir el humo del túnel no pudo detener la locomotora estrellándose contra el carguero que estaba estacionado a mitad del túnel, además Máximo había dejado unas cargas de dinamita dentro del túnel que hicieron explosión derrumbando las paredes de roca pura.
Los trece hombres y las dos mujeres que acompañaban a Máximo Castillo iban muy armados y con caballos acostumbrados al terreno agreste, entre el grupo también iba Manuel Gutiérrez lugarteniente de Maximo, doce días después del ataque al túnel entraron a Estados Unidos por palomas, las autoridades norteamericanas los detuvieron por estar armados, los trasladaron a Fort Blis y fueron exhibidos como los culpables del brutal atentado, Villa rechazaba todas las acciones que afectaran a terceros que no estuviesen involucrados en un acto de guerra, solicitó a las autoridades que le enviaran a Máximo Castillo para fusilarlo, petición que le fue negada, Máximo Castillo en 1916 llegó a la Habana, Cuba, lugar donde murió en 1919.
Tierra de siete culturas – Tercera Edad.
Por Miguel Méndez