Al llegar Francisco Villa y un escolta de 20 villistas a una comida en un bautizo en Chihuahua, ya que iba de padrino el General Villa, dejaron sus caballos afuera, como siempre encargando solo a un vigilante pero joven de 16 años de nombre Ladislao Ventura.

Al adolescente se le hizo fácil robarse el 7 leguas, sin saber que era la yegua predilecta del General, se retiró a todo galope y al darse cuenta el guardia realizó un disparo al aire, salieron todos los invitados a ver lo sucedido, salió Villa y al observar que su yegua no se encontraba hizo un pequeño silbido y sorprendidos todos observaron como la yegua regresó a manos del General.

Francisco Villa con el Siete Leguas en Canutillo, Durango.

Posteriormente el guardia trajo amarrado al joven que habia hurtado la yegua, raspado y ensangrentado (ya que lo habia tumbado la yegua). Lo presentaron ante el General y en vez de pegarle o hacerle un regaño se puso a reir a carcajadas por lo sucedido dejándolo en custodia con su gente mientras terminaba la fiesta.

Al termino de esta habla con el joven diciéndole que porque lo habia hecho, el adolescente le contestó que por hambre a lo que el General lo invitó a enfilarse con los villistas, a la revolución.

Y sin dudar el joven Ladislao Ventura aceptó y con el tiempo se hizo de las confianzas) ya que fue el encargado de amansar todo caballo comprado para la Revolucion.


Ladislao murió en una refriega en Ojinaga, Chihuahua en donde perdieron en esa ocasión los villistas, joven valiente y como todo un DORADO DE VILLA.

Por PanchoVillaMx.