El origen de La Catrina: La Calavera de los fifis
La Calavera Garbancera, posteriormente llamada «Catrina» fue inventada por José Guadalupe Posada durante el periodo de la Revolución Mexicana como una crítica a las clases sociales altas y a quienes tratan de imitarlas.
Posada la llamó así para burlarse de quienes renegaban de sus orígenes, vestían modas extranjeras y dejaban de comer frijoles para comer garbanzos como los españoles. Vistiendo elegantemente los restos humanos, daba un mensaje contundente a las clases encumbradas de la sociedad: más temprano que tarde terminarán en la tumba.
El origen de La Catrina comienza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz.
Es durante este periodo que comenzaron a popularizarse textos escritos por la clase media que hacía crítica tanto a la situación del país como a las clases con mayor privilegio.
Los escritos, redactados de forma burlona que los acompañaban dibujos de cráneos y esqueletos, comenzaron a realizarse en periódicos denominados de combate.
Eran calaveras con vestidos de ropas de gala, bebiendo pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio. Estas calaveras eran para retratar la miseria, los errores políticos, la hipocresía de una sociedad, como es el caso de “La Catrina”.
La versión original es un grabado en metal con autoría del caricaturista José Guadalupe Posada.
El nombre original es Calavera Garbancera. «Garbancera» es la palabra con la que se conocía entonces a las personas que vendían garbanzo y que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, ya fueran españoles o franceses (este último más común durante el Porfiriato) y renegaban de su propia raza, herencia y cultura.
Por PanchoVillaMx.