Domingo Arrieta, Orestes Pereyra y Calixto Contreras intentaron tomar la ciudad de Durango en junio de 1913, la indisciplina de las tropas y los desacuerdos entre ellos hicieron que quedara solo en el intento.

La llegada de refuerzos federales los hizo retirarse a Canatlán. Tomás Urbina al mando de 600 hombres consiguió unificar los mandos para tomar Durango el 18 de junio de 1913. La ayuda de los pobladores fue fundamental para lograr la victoria.

Al entrar los revolucionarios a Durango empezó un saqueo provocado por las tropas de Urbina, mezclados con los habitantes de la ciudad atracaron los bancos y comercios, la Catedral también sufrió el saqueo. Domingo Arrieta acusó a Urbina de robarse cinco millones de pesos, el general Miguel Gutiérrez le pidió autorización para quitarle el dinero, Arrieta se negó para evitar un conflicto entre ellos. El dinero, asegura Arrieta, fue repartido por Urbina con su compadre Francisco Villa.

Por otra parte se dice que el saqueo lo cometieron los hombres de Domingo Arrieta, la gente de Pereyra y Urbina trataron de controlarlos, Calixto Contreras acuarteló a sus hombres para evitar que participaran en los desmanes.

A mediados de julio nombraron a Pastor Rouaix Gobernador de Durango y a Domingo Arrieta comandante militar, partieron hacia La Laguna donde tomaron Gómez Palacio y Lerdo, no pudiendo hacer lo mismo con Torreón.


Urbina y sus hombres se fueron al encuentro de Francisco Villa en Ciudad Jiménez, Chihuahua. Entre sus hombres se encontraba Rodolfo Fierro y la guardia personal de Urbina, un grupo llamado «Los Dorados«, seguramente llamado así por el derroche que hacían de monedas de oro jugando a los albures.

A Villa le gusto el nombre de la escolta para su persona, dejándole «Los Plateados» a Urbina como nombre de su guardia, de paso también le pidió a Rodolfo Fierro para ser su guardaespaldas.


El 29 de septiembre, se realizó una reunión en la hacienda de la Loma, donde todas las brigadas revolucionarias unificaron los mandos, nombrando a Francisco Villa general en jefe de la División del Norte y a Urbina general en jefe de la brigada «Morelos«.

Las grandes batallas en las que participó Urbina junto a Villa, compañeros de aventuras, su compadre y amigo, no fueron suficientes para que le perdonara la vida por traicionarlo.
Tomás Urbina murió el 4 de septiembre de 1915, a manos de Rodolfo Fierro.

Imágen: INAH. Jorge Cabrera Vargas.