Cuándo celebraban los mayas y aztecas el año nuevo
Mucho antes de conocer el calendario que trajeron los españoles, en México los mayas observaron con mucho cuidado el movimiento del sol y con ello determinaron ciclos
El Año Nuevo en el mundo occidental se celebra el 1 de enero desde 1582, debido a que el papa Gregorio XIII instauró esa fecha como el primer día civil del año y aunque las tradiciones cristianas no contemplaban una fiesta, en la actualidad se celebra en casi todo el mundo como un símbolo de renacimiento o nuevo ciclo, pues la mayoría de países adoptó el calendario gregoriano.
Durante la Edad Media en Europa, cuando estaba vigente el calendario juliano, el Año Nuevo se celebraba entre el 1 y 25 de marzo, es decir, cerca del equinoccio de primavera. En el caso de México, las culturas prehispánicas celebraban el inicio del nuevo ciclo con la entrada de la nueva estación, pues los árboles volvían a su color verde y todo volvía a la vida.
Mucho antes de conocer el calendario que trajeron los españoles, en el Valle de México los nahuas observaron con mucho cuidado a Tonatiuh (el sol) durante muchos años. Observaban tanto el cielo, que podían escribirlo en mapas y pronosticar sus movimientos.
En la región de Mesoamérica, los pueblos seguían un calendario compuesto por 18 meses de 20 días, más 5 días sobrantes, o aciagos, que se ajustaban en función de los equinoccios, razón por la cual no necesitaron nunca de un año bisiesto para mantener la regularidad de sus ciclos.
Para los mexicas cada día que en la actualidad corresponde al 12 de marzo representaba el inicio de un año nuevo, el cual fundamentalmente tenía un impacto en sus actividades agrícolas.
De acuerdo con datos recabados por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, “el comienzo de un ciclo está basado en la entrada de la primavera, cuando mejor se puede cultivar porque florece la vida”.
La celebración del nuevo ciclo tenía como principal figura a Tlali Nantli,, que representaba a la Madre Tierra, pero también se realizaban rituales en honor a Ometeotl, el creado de vida, además de realizar ofrendas hacia los cuatro puntos cardinales, cada uno de ellos ocupado por Quetzalcóatl, Xipe Tótec, Tezcatlipoca y Huitzilopochtli.
En el caso de los mayas, actualmente algunos grupos de “descendientes” celebran el inicio del año maya cada 26 de julio, sin embargo, especialistas han señalado que esta fecha no tiene ningún sustento histórico ni cultural, pues su celebración coincide con las vacaciones de verano modernas, periodo en el que muchos turistas visitan las zonas arqueológicas y se muestran entusiasmados de participar, o contemplar, en estos rituales de renacimiento.
Los mayas fueron los mejores matemáticos del México prehispánico. Su unidad era el día, pero reunían los días en varios períodos de 20 que era igual 1 Vinal; 18 de éstos hacía un Tun, igual a 360 días; 20 Tunes hacían un Katún, igual a 7,200 días; 20 Katunes hacía un Ba~tún o ciclo de 144 mil días.
Para cada período tenían un signo especial; los días eran 20 , cada uno con un nombre diferente; había 18 signos para los uinales-meses de 20 días, además de otro, que corresponde a un pequeño período de 5 días.
Especialistas señalan que los mayas llevaban una cuenta de los días transcurridos desde una fecha-era que correspondía a un hecho histórico, así como nosotros tomamos como referencia el nacimiento de Cristo. En su caso no concedían una especial importancia a los años nuevos como lo hacemos en la cultura moderna.
Como todas las civilizaciones del México antiguo, los equinoccios y solsticios tenían un particular interés debido a que marcaban las fechas de los ciclos agrícolas, vitales para su subsistencia.
Y como sucede en el Hemisferio Norte, la entrada de la primavera se da en marzo, instante que marcaba el inicio de un nuevo ciclo, aunque en años recientes miles de turistas se sienten atraídos cada verano a disfrutar de las ceremonias de año nuevo maya.