Por Jorge Cabrera Vargas


El coronel Tehuantepecano Remigio Toledo, traiciono a la República uniéndose a las tropas del Imperio, corría el mes de noviembre de 1864.


Toledo se dedicó entonces a tratar de convencer a los juchitecos de unirsele y secundarlo, provocando enfrentamientos sangrientos entre ellos.


El 4 de febrero de 1865, Porfirio Díaz rindió la ciudad de Oaxaca a los franceses, de inmediato, el general en jefe Aquiles Bazaine ordenó la adhesión de Juchitán al Imperio. Dos mil franceses partieron a Tehuantepec bien armados y equipados con artillería, además contaban con el batallón de elite «Cola del Diablo «, famosos por su ferocidad, en apoyo a Remigio Toledo.


El batallón Zaragoza compuesto por 500 hombres y una pieza de artillería, junto con los habitantes de Juchitán prepararon la defensa, con herramientas de labranza, en su mayoría, como armas.


La noche del 4 de septiembre se sentían nervios entre los juchitecos, una mujer, Petrona Esteva, los ánimo diciéndoles:


¿Que dicen pues?

¿Que ya no les pegaron en Puebla?

!Si no pueden sacarlos del centro de nuestro pueblo hablen y nos dan a nosotras las mujeres, las armas que tienen y verán si los sacamos o no!

Con voluntarios de los pueblos del itsmo, atacaron a los franceses haciéndolos retroceder, cubrieron el camino hacia Xadani y El Espinal, obligándolos a tomar el camino de Viahui doo y de Igú que los llevó a los pantanos de Dani vihui, donde fueron derrotados sufriendo 800 bajas.


La batalla del 5 de septiembre de 1866, dio nuevos ánimos al Ejército Republicano quienes derrotaron definitivamente a los franceses en la batalla del 15 de mayo en Querétaro, comandados por Mariano Escobedo.

Por PanchoVillaMx