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31 de mayo de 1915. Abusos de los hacendados en Yucatán

La llegada del general Salvador Alvarado al gobierno de Yucatán puso un freno a los privilegios de la clase aristocrática henequenera, llamada por él, la “casta divina”, sin embargo, aún se cometía una serie de abusos en contra de los trabajadores mayas del estado. El 31 de mayo de 1915, “El Pueblo” hizo pública una denuncia en contra de un grupo de hacendados de Ticul, quienes cobraban pago de peaje por cruzar sus propiedades, causando un grave daño a la economía de estas clases desprotegidas:

“Se quejan ante la Comandancia Militar de Ticul, numerosos labradores, de que, en la hacienda de Santa Rita, por terrenos de la cual tienen frecuentemente que transitar, pues es un paso forzoso para sus sementeras, se les cobra derecho de paso a razón de diez centavos por casa bestia, o sea veinte centavos por viaje redondo, más diez centavos por concepto de agua; y por el tránsito de carros todavía es mayor la arbitraria extorsión. Exponen que consideran injustas estas gabelas y muy perjudiciales para los agricultores pobres y piden sean derogadas; pero el Comandante Militar de ese partido no puede hacer nada en el asunto por pertenecer la finca a la jurisdicción de Tecax, por lo que pone el caso en conocimiento del gobierno del Estado, a fin de que se resuelva lo conducente, agregando que son continuas las quejas que recibe contra el dueño de la hacienda de que se trata, señor Cornelio Rendón, quien, para señalar un caso concreto, se ha apoderado de un pozo que ministra agua para más de 40 familias, a quien cobra dos centavos por casa cántaro que extraen. Rendón valido de que en la época porfirista era cacique del lugar, obtuvo del Ayuntamiento local, que manejaba a su antojo, la adjudicación del predio donde se encuentra el pozo; lo explotó en la forma inocua que se ha relatado hasta que el señor Gobernador Pino Suárez decretó la nulidad de la adjudicación; pero durante la administración huertista, volvió a apoderarse del terreno y lo vendió recientemente. El comandante Militar del Partido, para poner remedio a este atentado, ha ordenado la reivindicación del predio, a favor del pueblo, previniendo a Rendón que devuelva al comprador el dinero que le pagó por los ejidos que revierten a sus antiguos dueños”.

El gobierno de Salvador Alvarado intentó frenar estos abusos, a través de penas severas en contra de la oligarquía yucateca, cuya mayoría huyó hacia Cuba y Estados Unidos. Sin embargo, quienes se quedaron buscaron la manera de mantener sus abusos y privilegios, por lo cual fueron denunciados. A pesar de estos intentos revolucionarios, muchos de los abusos en contra de los mayas perduraron durante décadas, donde los gobiernos locales y federales se volvieron cómplices de la nueva “casta divina”.

«Mestizos”, estado de Yucatán», 1910. © (430896), México, Secretaría de Cultura – INAH – Sinafo – FN.

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