Porfirismo y Represión: La Tragedia de Cananea

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El, 1° de junio de 1906, ocurrió uno de los episodios más oscuros de la historia laboral en México: la masacre de los mineros de Cananea, en Sonora. Bajo el régimen de Porfirio Díaz, el gobierno permitió que empresarios estadounidenses reprimieran con violencia una huelga legítima, autorizándolos incluso a disparar contra trabajadores y sus familias.
Ante la negativa del ejército mexicano para reprimir a más de seis mil mineros desarmados, el gobierno dio paso a la intervención de los Rangers de Texas, un grupo paramilitar estadounidense. Ellos persiguieron, asesinaron y sofocaron brutalmente el movimiento, violando la soberanía nacional y los derechos humanos de los huelguistas.

La huelga de Cananea, al igual que la de Río Blanco en Veracruz, fue impulsada por el Partido Liberal Mexicano (PLM), dirigido por Ricardo Flores Magón, quien denunció la barbarie en un artículo publicado en Tierra y Libertad en 1908. En su crónica, retrató con crudeza las condiciones inhumanas de trabajo en las minas:
“Los mineros trabajaban todo el día, y no era un trabajo humano aquel: era un trabajo de bestia de carga… En sus hogares los esperaba la tristeza. Había miseria, había hambre, había duelo en los hogares de esa gente laboriosa y honrada…”
Flores Magón también señaló la colusión del gobierno con los intereses extranjeros y el desprecio por la dignidad del pueblo trabajador:
“El Gobierno, cobarde y traidor, toleró que forajidos extranjeros violaran la soberanía para ir a exterminar a los mineros mexicanos… ¿Qué crimen cometieron? Reclamar sus derechos con las manos vacías.”
La masacre de Cananea es un símbolo de la represión que antecedió a la Revolución Mexicana. Representa la lucha obrera por condiciones justas, y el precio de exigir dignidad en tiempos de tiranía.
📷 Foto histórica: Mineros amotinados momentos antes de la matanza; al fondo, empresarios armados y el dueño de la mina, W. C. Greene, intentando contener el descontento de los trabajadores.