Quinta Luz: Casa de Pancho Villa y Luz Corral en Chihuahua
Fue a principios del siglo XX un 9 de mayo de 1905, cuando el matrimonio integrado por Nicolás Saldívar y Josefa González dieron la cantidad de quinientos pesos a la Chihuahua Investment Company a cambio de una vivienda en lo que eran las orillas de la ciudad de Chihuahua. Esta casa contaba con tres recámaras.
El 7 de julio de 1906, la señora González vendió la propiedad y un terreno anexo a Corina Capoulade por dos mil pesos quien posteriormente se la rentara a Villa por veinte pesos al mes.
Posteriormente de que el revolucionario Francisco I. Madero integrara junto con Abraham González a Francisco Villa a la revolución los militares comenzaron a adquirir propiedades en la capital del estado de Chihuahua para uso de los soldados villistas: el 20 de junio de 1911, Villa adquirió al apoderado de los herederos de la difunta Corina Capoulade, Francisco A. Allard, la casa número 504, de la calle Décima, por dos mil pesos.
La residencia estaba compuesta de material de adobe, además de un patio, un corral y caballerizas utilizadas por los militares revolucionarios.
Al inicio de que el General Villa adquiriera la propiedad esta se edificó la parte central y de las recámaras, terminando el resto del terreno habilitado como corrales, bodegas y caballerizas.
Tiempo después Villa mandó construir alojamiento para su guardia en el terreno de a lado, así como el torreón y las aspilleras que se localizan en la esquina sur lo que en la actualidad es el jardín.
A inicios de 1914, siendo el primer gobernador revolucionario del estado de Chihuahua, Villa ordenó remodelar el cuartel, al que denominó Quinta Luz, en nombre de su esposa legítima de Santa Isabel, Chihuahua Luz Corral.
Quien fuera el que llevara a cabo la remodelación fue su antiguo jefe, el albañil zacatecano Santos Vega. A petición de Luz Corral se agregó un oratorio en el segundo nivel; dos ebanistas hicieron la labor de ebanistería del altar y de los recintos. Los encargados de decorar el lugar fueron Hilario Berumen, Manuel Portillo y Mario Ferrer, y el propio Vega se encargó de los trabajos de cantera.
El edificio que más bien fue un cuartel militar fue dividido en tres partes: la zona principal, zona posterior y patio central. El 17 de diciembre de 1915, la Quinta Luz fue abandonada.
La esposa legítima de Villa, Luz Corral, algunos de los hijos, sobrinos y hermanas de Villa, así como las mujeres de varios de sus generales con los que vivía en la Quinta Luz y el sacerdote Vicente Pimentel salieron rumbo a Nueva Orleans, y de ahí a La Habana, Cuba, donde vivieron hasta el 14 de octubre de 1916.
Entre 1916 y 1920, Villa solía visitar con frecuencia dicho lugar. Luz Corral ocupó junto con varias personas la Quinta Luz, entre 1922 y 1923, pero cuando Villa fue asesinado, sólo ocupó la parte izquierda de la casa y el resto la cerró.
Tiempo después destinó el despacho y la sala de música a la exposición de objetos personales de su extinto esposo, y rentó el resto del inmueble. La Casa fue visitada por personalidades como el luchador “El Santo”, el Presidente Miguel Alemán, la actriz Angelica María, Anthony Quinn, entre muchas otras las cuales recibía Doña Luz constantemente.
Antes de fallecer Luz Corral, la Quinta Luz fue donada a la Secretaría de la Defensa Nacional, es decir, a los militares o soldados en quienes únicamente depositaría su confianza y que posteriormente acondicionaran este lugar como museo de la Revolución mexicana.
Por PanchoVillaMx.