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Una costumbre que aunque no lo quieran creer, todavìa se conserva en algunos pueblos y ciudades de México, la de las plañideras, conocidas en algunos países como lloronas, que son las mujeres que reciben dinero por rezar y derramar lágrimas por muertos que les son desconocidos.


En Latinoamérica, esta costumbre se desarrolló a partir del siglo XVII volviéndose una actividad donde el precio, así como estatus del difunto, se elevaba dependiendo del número de mujeres contratadas y la intensidad del llanto y los gritos.
Las plañideras existen desde hace siglos, milenios. Como muchas de nuestras tradiciones, ésta es resultado de una mezcla de muy diferentes culturas.

En Egipto era una labor que pasaba de madres a hijas, las mujeres vestían túnicas, el pelo suelto y los pechos descubiertos. En Grecia usaban un velo negro y fueron descritas en las tragedias de Esquilo. Los romanos guardaban las lágrimas y se rasgaban las vestiduras. Mientras tanto, para la tradición Cristiana, el llanto facilita la entrada del fallecido al cielo.


El arte de llorar en funerales es delicado no cualquiera le puede dar el dramatismo, el escándalo tiene que lograr que quien lo escuche se conmueva y piense en el difunto.
Por eso estas gentes tienen que cuidarse de no exagerar o sobreactuar su interpretación.
Alguna vez leí un relato, en el que la mujer ganadora de un concurso de llanto sorprendió al jurado con un llanto verdadero y conmovedor.


Cuando se le entrevistó, la participante declaró que con sólo acordarse de la vida difícil que había llevado desde niña hacía brotarle su dolor y sufrimiento a través de copiosas lágrimas.


A pesar de que esta tradición ya casi estaba en desuso, es conveniente conocer cómo a través de la historia y en la mayoría de las culturas miles de mujeres se han prestado a llorar las penas ajenas cuando se pierde a un ser querido, haciendo de “las lloronas” algo más que una leyenda, en lo que a la concepción de la muerte se refiere; un tema por el que siempre ha existido una interesante fijación universal.

Por PanchoVillaMx

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