Luz Corral decía que Villa siempre la llenaba de halagos, sobre todo respecto a sus ojos que le gustaban mucho;

en el libro «Luz Corral de Villa, la mera mera», basado en una larga entrevista hecha por Alfonso Escárcega a la esposa del general en 1973, que es una especie de anecdotario de los secretos y pulsiones privadas de este hombre singular, relata entre muchas otras cosas:


«[…] un día se me quedó mirando muy fijamente y me dijo, ‘si vieras güera lo que estoy pensando, es una tontería, si te tuviera que mandar a Estados Unidos por alguna causa, me gustan tanto tus ojos, que a lo mejor te sacaba uno para quedarme con ese recuerdo en tu ausencia’ dice Luz Corral, para mí fue un piropo muy fino».

En la imagen Luz Corral al centro (Fototeca Nacional)