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Existe un hombre en comunión con la madre tierra, sus pies descalzos lo saben y caminan en ella.


Existe un hombre cubierto con prendas hechas con hilos de algodón, sus abuelas las hacían por las tardes a la orilla del fogón.

Existe un hombre correoso que sale diariamente a la labor del campo, de esos hombres que «se dobla pero no se quiebra».

Existe un hombre que sostiene con sus manos curtidas el arado, el hacha, el machete y el azadón.


Existe un hombre de corazón noble, con brazos fuertes, un hombre del color del bronce y de piel tostada por los rayos del sol.

Autor: Marco Antonio Olguín Sánchez (copyright) para la página Orgullo Mexicano.

Por PanchoVillaMx

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