Doroteo Arango Arambula alias “Francisco Villa”, relata en sus memorias las cuales registró Manuel Bauche Alcalde y que luego llegará a transcribir el escritor Martin Luis Guzmán, decidió dedicarse al bandidaje principalmente por necesidad.

Según el joven Doroteo fue durante su estancia en la Hacienda el Gogojito de los dueños los López Negrete donde laboraba, que al defender a su hermana Micaela de ser violada por el hijo del propietario intervino e hirió en un pie al hacendado por lo que tuvo que forzosamente huir a la sierra de Durango en donde posteriormente fue aprehendido.

Sin embargo el hábil Doroteo logró huir en diversas ocasiones de prisión inclusive logrando matar a varios de sus captores por lo que la vida lo orilló a buscar una especie de refugio en el bandidaje.

Algunos de los forajidos con los que convivió fueron Ignacio Parra y Refugio Alvarado. Como bandido a la semana de integrarse a este grupo logró ganar más de tres mil pesos más de diez veces el salario anual de un trabajador agrícola en Chihuahua de la época.

Según en sus memorias parte de lo que ganaba Villa del bandidaje lo repartía tanto a su familia como a gente necesitada o extremadamente pobre. Es así como el joven Doroteo adoptó el nombre de Francisco Villa para poder huir de la ley.

De bandido pasó a ser comerciante, minero, carnicero y albañil, todos estos oficios los pudo ejercer en la Ciudad Minera de Parral, Chihuahua.

Por Niko.

Fuentes: Memorias de Pancho Villa. Martín Luis Guzmán.