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Por Jorge Cabrera Vargas

Juan Escutia era un joven de 20 años en 1847, originario de Tepic, Nayarit; no hay datos sobre su reclutamiento en el colegio militar.

Probablemente pertenecía al batallón Activo de San Blas, sin embargo se le considera uno de los seis cadetes caídos en la batalla del cerro de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847, durante la defensa de la Patria ante los estadounidenses.

La conmemoración de los niños héroes dió inicio en 1881 bajo el gobierno de Manuel González, con la inauguración del obelisco en honor a los caidos en la batalla.


Desde entonces, cada 8 de septiembre se conmemoraron a los niños héroes.

Probablemente se realizaba en esta fecha porque durante la batalla de Molino del Rey del 8 de septiembre de 1847, el capitán Margarito Suazo se envolvió con la bandera Nacional para morir acribillado con el pecho por delante.

Este acto heroico le fue otorgado a Juan Escutia, quien, supuestamente, fue encontrado sin vida en la ladera del cerro de Chapultepec, después de aventarse desde el castillo envuelto en la bandera Nacional para evitar ser capturada por los invasores norteamericanos.


El acto heroico de Juan Escutia es únicamente una leyenda; durante la batalla del 13 de septiembre de 1847, el coronel tlaxcalteca Santiago Felipe Xicoténcatl, comandante del batallón Activo de San Blas, al igual que el capitan Margarito Suazo, se envolvio con la bandera de su batallón para protegerla del enemigo.


La bandera del batallón Activo de San Blas, Nayarit; la única bandera mexicana con los colores invertidos, quedó manchada de la sangre de Xicoténcatl, cubriendo el cuerpo del último hombre caído de su batallón.

Por PanchoVillaMx