El antiguo temor a los eclipses en época prehispánica


El nombre mismo de los eclipses en casi todas las lenguas indígenas de México revela la creencia de que algo o algún ser sobrenatural se comía al Sol o a la Luna. En náhuatl, idioma de los mexicas, el Sol se llamaba Tonatiuh in cualo, que literalmente es “Comedura del Sol” (de Tonatiuh “sol” y cua, raíz del verbo “comer”), y el eclipse de luna se dice Metztli cualo.


La reacción de la gente ante un eclipse era congruente con la creencia de que la luna o el sol efectivamente eran comidos: si era de la luna, las mujeres preñadas temían que así como la luna era comida podía suceder con el niño que llevaban en el vientre y que nacerían sin labios o sin nariz, o que algún otro defecto o malformación, y para impedir que eso pasara se ponían una navaja de obsidiana en la boca o sobre el viente para defender al feto de la mala influencia del eclipse.

También era creencia común que el niño que una preñada esperaba podía convertirse en ratón por efecto del eclipse de luna y que eso pariría.


El “comimiento del sol” podía ser más peligroso. Si era comido por completo, ya nunca más alumbraría ni “haría su obra diaria”, como los mexicas acostumbraban decir; por lo tanto, al iniciarse un eclipse solar, toda la gente daba grandes gritos y hacia ruido, para ahuyentar al ser que se estaba comiendo al sol.

Esa forma de actuar era, por decirlo así, “pragmática”, había que espantar al comedor del sol, pero era necesario complementarla con auto sacrificio y con el sacrificio de victimas apropiadas: los primeros consistían en punzarse las orejas con púas de maguey y pasar por la herida pajuelas o cordeles; para el segundo se sacrificaban seres humanos, pero no simplemente para alimentar al sol, fin que tenían en general los sacrificios humano, si no que se buscaban en especial hombres “de cabellos blancos y caras blancas”- atributos del dios solar- a quienes sacrificar.


Durante estos eclipses venían a la tierra los tzitzimime, seres sobrenaturales espantables y feroces que se comían a la gente, y era un gran temor que si el sol desapareciera definitivamente, estos personajes se enseñorearían del mundo y acabarían comiéndose a todos en medio de tinieblas perpetuas.


Lo que sabemos de las creencias de otros pueblos en el momento del contacto no es tan completo y detallado, pero siempre que se encuentra información sobre como entendían los antiguos mexicanos los eclipses, coincide en general con lo que acabamos de explicar.


BIBLIOGRAFIA


El eclipse en el mundo prehispánico, Leonardo Manrique Castañeda, INAH-CONACULTA, 1991, Mexico.


IMAGENES


Eclipse en el Codex Borbonico
La Luna se come al Sol en el Codex Florentino

Via Aztecas mayas y más

Por PanchoVillaMx