Correcaminos: Conoce a la pequeña ave emblemática del desierto del norte de México
¿Sabías que el correcaminos no es sólo el personaje de una caricatura, sino que también existe en la vida real? Así es, esta pequeña ave, cuyo nombre científico es Geococcyx Californianus, se encuentra en el suroeste de los Estados Unidos y en varias partes de México, incluyendo en el estado de Chihuahua.
Esta peculiar ave es uno de los animales más emblemáticos de la zona, pues se destaca por vivir en lugares donde hay vegetación xerófila, es decir, sitios donde las plantas y árboles se han adaptado para poder habitar en un entorno seco, como cactus, suculentas, acacias, entre otras.
Pero eso no es todo, sino que tampoco hay que olvidar que es una de las especies más rápidas, pues corre a velocidades sorprendentes, llegando hasta los 32 kilómetros por hora, aunque inclusive hay registros de que ha alcanzado los 47 km/h. Esta ave no suele volar normalmente, sólo lo hace cuando es necesario, y realiza vuelos de planeo hasta árboles o arbustos.
El correcaminos no solo es una figura de la naturaleza, sino que ha trascendido a la cultura popular, siendo la inspiración para el famoso personaje «El Correcaminos» en la serie de dibujos animados de los Looney Tunes, «El Coyote y el Correcaminos», donde se captura perfectamente la esencia de esta ave tan representativa del desierto chihuahuense.
¿Cómo son los correcaminos? La peculiar ave que habita en el desierto de Chihuahua
Los correcaminos miden alrededor de 60 centímetros de largo y aproximadamente 30 centímetros de altura, aunque depende de la edad que tengan. Sus plumas son de un tono café claro con algunas áreas grises y negras, tienen el pecho y las patas color blanco o beige. Además, tienen una cresta algo gruesa y alta y su pico es de un tono café oscuro o negro.
Cerca de sus ojos, tienen algunas manchas de color azul y naranja; también tienen una cola bastante larga, que les sirve para agarrar velocidad, dirección y equilibrio mientras van corriendo, además, tienen cuatro dedos en cada una de sus patas, dos están orientados hacia adelante, y los otros dos hacia atrás, lo que les da mayor estabilidad.
Los correcaminos pueden encontrarse desde la meseta central, hasta la planicie costera del Pacífico y del Golfo, en sitios donde las cimas no superen los 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar, en específico en la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental, pues suelen habitar en desiertos, matorrales, chaparrales y matorrales espinosos.
¿Qué comen los correcaminos?
Debido a que estos animalitos están adaptados a sitios desérticos, pueden alimentarse de casi cualquier cosa que se encuentre en su entorno, además de que son sumamente hábiles para cazar y atrapar a sus presas.
Aunque en las caricaturas, el correcaminos corría para huir y hacerle maldades al coyote, en la vida real, ellos corren para alcanzar a sus presas y atraparlas con el pico, además, no sólo es funcional la velocidad a la que se desplazan, sino que también pueden brincar muy alto, por lo que pueden agarrar tanto insectos, como aves que están sobrevolando; hay quienes indican que incluso se le ha visto cazar hasta colibríes.
Estas aves pueden alimentarse de insectos, reptiles, roedores y aves, incluyendo escorpiones, tarántulas, ciempiés, lagartijas, serpientes, ratones, ardillas pequeñas, aves pequeñas, caracoles, e inclusive algunas frutas y semillas que se encuentran en el ecosistema donde ellos viven.
Datos curiosos sobre los correcaminos
Los correcaminos son sumamente curiosos y no les da miedo explorar sitios desconocidos o acercarse a otras especies con las que no convive tanto, como los seres humanos, por lo que no son una especie agresiva, al contrario, son bastante carismáticos.
Esta ave corteja a las hembras, persiguiéndolas, regalándoles comida, palos, hierbas, o inclusive hace saltos en el aire para llamar su atención, y una vez lo consigue, se aparean y permanecen juntos para defender su territorio y protegerse a sí mismos de los depredadores.
Los correcaminos suelen quedarse con la misma pareja de por vida y cuando van a tener crías, construyen su nido en arbustos tupidos o pequeños árboles, los cuales forran con hierbas, hojas, y en ocasiones, si está a su alcance, también estiércol de vaca.
Por PanchoVillaMx