En el año de 1920, se empezó a distribuir en México, la estufa de petróleo como una gran aliada para la señora de la casa, así; se evitaría el trabajo y la molestia de atizar el fogón o el brasero de carbón, además de preparar los alimentos en menos tiempo.


Costaba mucho tener una con un sólo quemador y tener una con dos quemadores… ¡Era un verdadero lujo!


La marca de estufas Fraga, fue la más popular aunque había otras que le hacía competencia como la marca Beroa. Con el pasar del tiempo, fueron desplazadas por la estufa de gas.

Hoy en día, solo queda el nostálgico recuerdo en la memoria de unas cuantas personas y el inolvidable recuerdo del llamado de mamá… para ir a comer.

Fotografía hacía el año de 1922, crédito a quien corresponda.

Por PanchoVillaMx