Los adulados

Los rurales, soldados que se destinan en el campo al servicio de policía, son fuertes, altivos y aguerridos.

Montados en magníficos y ligeros caballos, vestidos con el traje caprichoso y genuino mexicano: ancho sombrero, chaqueta corta, pantalones de cuero y corbata roja flotante;

Diestros en el manejo del temido lazo, forman un cuerpo militar digno del más alto encomio y del examen más interesante defendian la dictadura de Porfirio Díaz.

Cuando, con motivo de las fiestas nacionales, desfilan compactos, fulgurando las ricas y argénteas sillas, las hojas de los sables, los cañones de las carabinas y las grandes espuelas, el público los hacían objeto de calurosas y entusiastas aclamaciones.

Los represores

La policía rural o “rurales” fueron cuerpos de seguridad cuyo primer objetivo era la defensa y protección de los caminos.

Durante el porfiriato estas fuerzas se incrementaron en número para favorecer políticamente al gobierno central, pues fueron los encargados de mantener la seguridad y el control en las entidades.

Los Rurales

Esto significó, en la mayoría de las ocasiones, aplacar o reprimir cualquier movimiento representativo de un riesgo para el régimen.

No obstante, hacía los últimos años del gobierno de Díaz, elementos de la policía rural también se mostraron descontentos con la política gubernamental e incluso aumentaron las deserciones de estos cuerpos.

Durante los levantamientos revolucionarios de 1910-1911, su función fue defender el régimen porfirista. Posteriormente, junto con el ejército federal, fueron incorporados al gobierno de Madero y, más tarde, al gobierno de Victoriano Huerta.

Finalmente, la policía rural fue suprimida junto con el ejército federal al triunfo del constitucionalismo.

Via INERHM

Por PanchoVillaMx