Haiga, vistes, naiden, probes, vide, vites, semos; palabras que se usan en los pueblos de México

Ansina te quiero y pos este cariño se dilató, pero yo lo vide primero que tú, no hay naiden en el pueblo que me haiga hecho sentir lo mesmo.

Ansia va la cosa, ayer te truje munchas flores, de la orilla del río.

Tú me dijites hace muncho tiempo
que son las que te gustan bien harto.

Ayer cuando las recivites vide en tus ojos el brillo de la luna, así como se mira en la noche, cuando voy de regreso al jacal, y naiden me acompaña.

Pero aquí mero en mi pensamiento, tú andas conmigo.

Ansina te quiero, como la mañana cuando se asoma el sol, como la llovizna que moja la tierra, como el campo que me gusta ver todo el día.

Como la muina que tengo si no te miro.

Dizque así es el cariño un poco rejego.

Y se dilata en llegar, pero tengo harta calma, yo lo vide llegar primero.

Pero tú ya lo vites en mis ojos.

BIEN HAIGAN LOS LEIDOS…


Las palabras Haiga, Vistes, Naiden, etc. no son errores gramaticales, ni inexactas, son simplemente formas de hablar que vienen de muy antiguo.

Por lo tanto quienes las aprendieron a usar es porque vienen de poblaciones dónde alguna vez así se habló, era un español antiguo.

Y es triste que mucha gente con títulos universitarios y supuestamente educada tiende a burlarse de quienes aún lo usan; cuando ellos son los primeros que deberían entender es parte de un lenguaje antiguo que muy probablemente sus abuelos, y más allá usaron normalmente.

El libro es de Daniel Escorza Rodríguez y se llama «Ansina se dice, Ansina se escribe: historias e histerias del habla popular»

HAIGA, VISTES, NAIDEN, VITES, VIDE.

En las ciudades y pueblos de nuestro México todavía hay quienes usan estas palabras en el habla de la vida diaria.

A primera vista (o a primer oído) parece una incorrección verbal.

Algunas personas con buenas intenciones corrigen con cierta cortesía a los hablantes o escribientes que utili zan estas formas verbales o nominales.

Otros, con franca arrogancia y con un dejo petulante afirman tajantes: «no se dice haiga, sino haya».

En las redes sociales hay quien hace escarnio de quienes utilizan el «haiga», «hicistes» y otras voces semejantes.

Lo cierto es que estas palabras forman parte de lo que en el español conocemos como arcaísmos, es decir, palabras consideradas antiguas y que ya no se utilizan en determinados lugares.

Son voces que provienen de la España del siglo XVI, de la época en la que los conquistadores penin sulares llegaron a estas tierras.

Son palabras que utilizaban tanto Hernán Cortés como Miguel de Cervantes Saavedra.

Al respecto, el buen amigo Enrique Rivas Paniagua, en su interesante y poco conocido libro Picudos y deslenguados, señala que quien utiliza este tipo de lenguaje «no comete errores gramaticales, no usa formas inexactas, sino antiguas».

En efecto, quienes dicen: «dizque es doitor» (dice que es doctor), «ya se dilató» (ya se demoró), «no hay naiden» (no hay nadie), «yo lo vide primero» (yo lo vi primero), «truje muncho maíz» (traje mucho maíz), «ansina va la cosa» (así va la cosa), «¿platicastes con ella?…» (¿platicaste con ella?) no hablan mal español, simplemente hablan como lo hacían antiguamente en España.


El autor es Daniel Escorza Rodríguez, investigador y académico del INAH, México

Por PanchoVillaMx