Pancho Villa: “el Napoleón mexicano”
A fines de 1913 varios acontecimientos atrajeron la mirada del periodismo norteamericano sobre el gral. Francisco Villa. Principalmente llamó la atención que su guerrilla improvisada en el mes de marzo para combatir el gobierno de Victoriano Huerta, en noviembre fuera ya un ejército de diez mil hombres bien armados y medianamente disciplinados, que derrotara a los federales en Ciudad Juárez y ganara a su jefe el calificativo de «el Napoleón mexicano».
El atractivo para los periodistas fueron los dotes de mando de Villa y su carisma, que hicieron posible la proeza de crear un ejército conformado por voluntarios en lugar de conscriptos como los federales. En diciembre, electo por los oficiales de su ejército como gobernador del estado de Chihuahua, Villa se hizo notar por sus medidas en favor de los desposeídos, que le valieron el calificativo de «El Robin Hood mexicano«.
La prensa norteamericana envió de inmediato corresponsales para ver de cerca a Villa. John Reed, financiado por The World y Metropolitan Magazine de Nueva York, llegó en diciembre de 1913, acompañado de una cámara fotográfica y otra cinematográfica, y quedó cautivado por la personalidad del jefe rebelde:
«Es el ser humano mas natural que he conocido, natural en el sentido de estar mas cerca de un animal salvaje. Casi no dice nada y parece tan callado que es casi desconfiado.
La boca la deja abierta y si no esta sonriendo se ve gentil, salvo los ojos, que nunca se quedan quietos y están llenos de energía y brutalidad; son inteligentes como el infierno e igualmente inmisericordes.
Los movimientos de sus piernas son torpes – siempre anduvo en caballo – pero los de sus manos y brazos son extremadamente sencillos, graciosos y directos. Se parecen al movimiento de un lobo. Es un hombre aterrador – ninguno de sus oficiales se atreve a cuestionar sus órdenes – y aquí es el dictador absoluto…»
Llagaron también los corresponsales de The Sun y de El Paso Times; Timothy Turner y varios mas que trabajaban por su cuenta, así como periodistas de agencias noticiosas, fotógrafos y carmarógrafos cinematográficos, empleados de las grandes compañías fílmicas del este y oeste de Estados Unidos, como el joven Frank M. Thayer, de la Mutual Film Corporation.
Harry E. Aitken, presidente de la Mutual Film en 1913, afirmó que fue él quien decidió filmar la revolución mexicana y enviar a su agente Frank Thayer a la ciudad de Chihuahua para entrevistarse con Villa y negociar la firma de un contrato.
En cambio los empresarios cinematográficos de El Paso informaron que Villa, en una de sus visitas a Ciudad Juárez, ofreció proporcionar caballos, alimentos y escolta al camarógrafo que lo acompañara a filmar sus batallas, con la condición de que Villa recibiria el 50% de las ganancias.
De cualquier forma que haya ocurrido, Thayer fue hasta la ciudad de Chihuahua para platicar con Villa durante varias semanas. A finales de diciembre se tenia la seguridad de la firma del contrato.
En el contrato firmado los primeros días de enero de 1914 se estipuló, entre otras cláusulas, que Mutual, si Villa ganaba, tenia derecho de exhibir las peliculas en la zonas liberadas y en la totalidad de los Estados Unidos y Canada; si no se lograba capturar buenas escenas de batallas, Villa debía fingirlas y a no permitir que otros camarografos y fotógrafos de otras compañías lo retrataran.
Los beneficios económicos se repartirían al 20%, a cuenta de los cuales Villa recibió veinticinco mil dolares; también se reservaba éste el derecho de exhibir las películas a sus hombres y se comprometió a efectuar los ataques a luz del día.
Por PanchoVillaMx