Zapatistas desayunando en la casa de los azulejos Sanborns
Fue un 6 de diciembre de 1914, posterior a la Convención de Aguascalientes que los ejércitos del General Francisco “Pancho” Villa, la cuales incluían a rancheros, trabajadores y peones, y campesinos del Ejército Libertador del Sur de Zapata, desfilaron por las calles de la capital del país.
El alimento fue servido en el que había sido por un largo tiempo el símbolo de las clases privilegiadas en el país: el Palacio Azul de los Condes del Valle de Orizaba, coloquialmente conocido como la «Casa de los Azulejos» por el frente tan único que tiene. Hasta no hacía mucho habría sido sede del conocido Jockey Club de México.
La importancia de la escena dejaba patente la irrupción del «México bronco y profundo» y su victoria contra la dictadura violenta y de las clases privilegiadas, dependientes del capital extranjero, que primero habían sostenido a Porfirio Díaz y después habían orquestado el golpe de Estado de la «decena trágica» junto con el Gobierno norteamericano contra el primer presidente electo democráticamente, Francisco I. Madero.
Tras más de cinco horas de desfile, entre vivas y cantos de alegria a los generales convencionalistas, estaba claro que el país en realidad estaba en manos de quienes, como decía el General Emiliano Zapata, “trabajaban la tierra con sus manos”.
Por PanchoVillaMx