8 hábitos que aunque no lo creas vienen de tiempos prehispánicos
PRIMERO Bañarse dos veces al día
Cuando los españoles llegaron a nuestro continente, quedaron impactados al ver que la población era extremadamente limpia. No solo se bañaban dos veces al día en ríos y arroyos, ¡también cada casa contaba con un temazcal (una sauna prehispánica)! Este ritual formaba parte de su rutina diaria de higiene, algo que contrastaba mucho con las costumbres europeas, donde apenas se bañaban.
SEGUNDO Lavarse los dientes después de cada comida.
Los nativos americanos siempre dieron gran importancia al cuidado dental. Utilizaban una mezcla de miel y cenizas de tortilla, ya que la miel es antibacteriana y las cenizas actuaban como pulidor natural. Los españoles quedaron sorprendidos al notar las blancas y perfectas sonrisas de los indígenas, quienes además conservaban sus dientes hasta la vejez.
TERCERO Llamar «escuincles» a los niños.
El término escuincles proviene del xoloitzcuintle, una raza de perro mexicana. Estos perritos eran inquietos, juguetones y protectores, características que se asemejan mucho a los niños pequeños. Así nació esta cariñosa comparación que todavía usamos.
CUARTO Comer raspados.
El gran Moctezuma II ordenaba traer nieve desde el volcán Popocatépetl para preparar un manjar con jarabe de frutas, flores y miel. Este postre era tan exclusivo que solo la nobleza podía disfrutarlo. Hoy, los raspados están al alcance de todos y siguen siendo un lujo refrescante.
QUINTO Hablar en diminutivo.
Los pueblos originarios usaban diminutivos para expresar cariño hacia los niños, con apodos tiernos como cocoton (migajita en náhuatl) o nishi (pequeño en hñahñu).
Esta costumbre ha sobrevivido hasta nuestros días y la usamos constantemente, no solo con los niños, sino en nuestro lenguaje cotidiano. ¡Ahorita ya sabes de dónde viene!
SEXTO Beber agua de frutas.
La gran variedad de frutas en México sorprendió a los europeos. Aquí no solo se comían, también se mezclaban con agua o miel para crear bebidas deliciosas y naturales.
Esta costumbre sigue siendo una de nuestras favoritas y más refrescantes.
SÉPTIMO Comer tortilla y picante.
Los mexicanos no podemos pasar un día sin nuestra tortilla o algo picante. Este hábito viene de nuestros ancestros, y aunque la llegada de nuevos ingredientes enriqueció nuestra cocina, la esencia de nuestra comida no ha cambiado. Creéme, la historia de nuestro pueblo se puede contar a través de la tortilla y el picante.
OCTAVO Hacerse tatuajes.
En tiempos prehispánicos, los tatuajes eran símbolos de valentía y contaban historias o hazañas. Se hacían con espinas de cactus y eran motivo de orgullo. Aunque la Iglesia intentó prohibirlos, hoy seguimos honrando esta tradición llevando arte e historias en nuestra piel.
Por PanchoVillaMx